Cultura | letras |

Quién fue Herbert George Wells

Un día como hoy del año 1866 nació Herbert George Wells, escritor, novelista, considerado uno de los padres de la ciencia ficción junto a Julio Verne. Entre sus obras más reconocidas se encuentran las novelas "La máquina del tiempo", "El Hombre Invisible" y "La Guerra de los mundos".

Herbert George Wells (1866 - 1946)

FotoJet - 2022-09-21T103336.587.jpg

H.G. Wells fue un prolífico pensador, educador, escritor y novelista británico que es considerado, junto a Julio Verne (1828-1905), uno de los padres creadores del moderno género literario de la ciencia ficción.

La ciencia ficción es un factor común en una amplia gama de relatos y de culturas diferentes a lo largo de la historia de la humanidad, pero la revolución científica y los principales descubrimientos en astronomía, física, química, biología y matemáticas acontecidos en el siglo XIX proporcionaron las premisas y el escenario adecuados para que surgiera la ciencia ficción moderna, que facilitó novedosas y fabulosas obras escritas argumentadas en base a este género.

Wells nació un 21 de septiembre de 1866, en plena época victoriana, escoltado por un florecimiento inusual de las ciencias y de la tecnología. Por citar algunos ejemplos, en el mismo año de su nacimiento se publicaron las Leyes de la herencia de Gregor Mendel y se instaló el primer cable transatlántico que unió Nueva York con Londres.

Hasta finales del siglo, cada año surgieron sucesos científicos muy relevantes. Por ejemplo, el descubrimiento de los ácidos nucleicos, de los rayos X, de la radioactividad, de los canales de Marte y de numerosos asteroides, que marcaron a la sociedad de la época y al propio Wells. A medida que avanzaba el siglo XIX, los progresos en la ciencia cambiaban la forma en que los seres humanos razonaban sobre cuál era su posición en el cosmos, lo que tuvo profundas implicaciones para el desarrollo de la renovada ciencia ficción.

De ‘La máquina del tiempo’ a ‘La guerra de los mundos’

Antes de que aconteciese la primera gran guerra, a finales del siglo XIX, Wells ya publicaba a un ritmo vertiginoso, principalmente textos científicos, pero en poco tiempo los temas se ramificaron con rapidez y en 1895 llegó La máquina del tiempo.

Se trata de una novela inspirada en la teoría darwiniana que Wells había adquirido a través de Huxley. En la obra, un científico construye un artefacto que le permite viajar físicamente a través del tiempo y con el que consigue trasladarse hasta el año 802701. Allí descubre que la humanidad ha evolucionado en dos razas separadas: los hermosos pero insensatos Eloi, que viven vidas hedonistas por encima de suelo, y los salvajes y feos Morlocks, que viven bajo tierra y que salen por la noche para devorar a los Eloi.

El viajero logra avanzar más en la línea temporal y alcanza un futuro en el que monstruos con forma de cangrejo corretean por una playa terminal bajo un sol moribundo.

Esta primera novela de Wells fue un éxito inmediato de crítica y público, dio fama y dinero al escritor y cambió la historia de la ciencia ficción. Alentado por el feliz resultado, en apenas cuatro años, Wells escribió otros títulos revolucionarios.

En 1896, cuando la comunidad científica del Reino Unido estaba sumida en los debates sobre la vivisección de los animales, Wells publicó La isla del doctor Moreau. En la novela un caballero de clase alta, llamado Edward Prendick, naufraga en una isla tropical perdida y conoce a un científico de nombre Moreau que trata de transformar quirúrgicamente animales en seres humanos. Los híbridos animal-humano de la novela son precursores aproximados de las quimeras embrionarias de hoy en día y presagiaron la era de la ingeniería genética.

Al año siguiente Wells publicó la novela El hombre invisible en la que un científico llamado Griffin y dedicado a la investigación en el campo de la óptica inventó una forma de cambiar el índice de refracción de su cuerpo por el del aire, logrando que no absorbiera ni reflejara la luz y consiguiendo la capacidad de volverse invisible. En el año 2014, científicos de la Universidad de Rochester diseñaron un artilugio formado por cuatro lentes que era capaz de desviar la luz y crear un punto ciego, de manera que hacía invisible cualquier objeto observado a través de él.

En 1898 publicó La guerra de los mundos, que describe una invasión marciana a la Tierra. Cuarenta años después de su publicación, en la noche de Halloween de 1938, la transmisión radiofónica de la novela en el Teatro Mercury por parte de Orson Welles provocó el pánico generalizado en la ciudad de Nueva York. Los marcianos de esta obra atacaban con lo que Wells llamó “rayo de calor”, una súper arma capaz de incinerar a humanos indefensos con apenas un destello de luz silencioso.

Seis décadas más tarde, el 16 de mayo de 1960, Theodore Maiman disparó el primer láser operativo en el Laboratorio de Investigación Hughes de California. La descripción que Wells hizo del “rayo de calor” tiene mucha afinidad con los láseres actuales, pero también con armas de energía dirigida, como las que utilizan microondas, radiación electromagnética y ondas de radio o de sonido.

Además, la novela inspiró al físico Robert Goddard, inventor del cohete de combustible líquido, a dedicar su vida a los viajes espaciales y su investigación condujo al desarrollo del programa Apolo de la NASA. Al final del relato, los seres humanos encuentran un aliado inesperado en los microorganismos terrestres, que al entrar en contacto con los alienígenas, acaban con ellos, ya que los marcianos no tenían un sistema inmunológico preparado para defenderse de potenciales nuevos patógenos como los de la Tierra.

El desenlace narrativo liga sin disimulo con el auge que experimentó la bacteriología a finales del siglo XIX y con las leyes de la selección natural de las que Wells era ferviente defensor.

En realidad, Wells tomaba un elemento de la comprensión científica de la época y lo modificaba, sin preocuparse de resolver los detalles técnicos. Consecuencia de ello, las obras de Wells, majestuosas y disruptivas, predijeron, entre otros elementos, la comunicación inalámbrica, la red informática mundial, la televisión, los vuelos espaciales, el audiolibro, la bomba atómica, la ingeniería genética y la proliferación nuclear.

Temas

Dejá tu comentario