Siempre te ven mis ojos
Siempre te ven mis ojos ¡Oh Quiaca de mis sueños!
colgada en lo infinito de un ocaso de grana,
te veo ciudad mía hamacada en el viento viajero
incansable de remotos ensueños.
Ninguna tan cuajada de estrellas rutilantes
que en sus guiños parece decir: no me abandones
porque ignoran acaso su destino transparente.
Tal el hombre, ausencias y distancias y vivir un instante.
Te amo ciudad mía silenciosa y profunda
imagen fiel de la aurora impaciente de infancia
que anunciaba la hechicera presencia
de la embriaguez del alma en el amor fecunda
Tus calles tierra mía, con perfume invisible
atesoran avaras, recuerdos de todo cuanto amé
soledosas a veces, ingrávidas de pasos,
otras con nocturnales de quenas serenateras
La vida en inevitable y tenaz mutación,
me alejó de tus lares ciudad de mis amores.
Quizás regrese un día, dolida sí, más no vencida
a brindarte el venero de mi postrer canción.
Irma Cabana de Sanz