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Batalla en la Legislatura: el relato del aparato represivo de Jujuy en primera persona

Víctima de la avanzada policial sobre la ciudadanía contó con detalles los acontecimientos que debió sufrir el mismo día que el poder político celebraba la sanción de una reforma constitucional redactada a su conveniencia.

El martes 20/06/2023 un joven identificado solamente como Gabriel, salió de su domicilio camino al comercio en el que trabajaba para cobrar un dinero adeudado. El trayecto no debía revestir ningún inconveniente mayor, solo se trataba de llegar hasta la calle Jorge Newbery, conocida por ser el parador de los remises interjurisdiccionales, recibir el dinero y seguir con su vida en día feriado.

Incauto o desafortunado, un policía de la Brigada lo interceptó en la puerta del local ahí empezaría su calvario, el que todavía lleva en la piel, más precisamente sobre el rostro, donde las patadas de los “agentes de seguridad pública”, se sintieron con más furia.

Embed - SOBREMESA 10-06-24 Gabriel, víctima de la represión policial

“La policía lo molió a palos, pero hoy Gabi va a contar en primera persona lo vivido el día 20, crónica de un día muy oscuro que vivió nuestra provincia y nada tiene que ver con las manifestaciones”, introdujo su abogada, Alejandra Cejas, sobre el muchacho cuyo mundo se vino abajo en menos de 72 horas por disposición de quienes ostentan el poder en Jujuy.

A los empujones que le propinó el agente siguieron golpes a puño cerrado, mientras Gabriel se aferraba desconcertado de una reja. El muchacho que no tiene ninguna filiación política, sindical o relación alguna con organizaciones sociales, fue rodeado en cuestión de minutos por varios policías más. Y allí sobre la vereda, ante la horrorizada mirada de su empleadora, empezaría la primera de una larga tanda de golpizas.

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“Me tomaron de la nuca y me pateaban, la dueña del negocio les reclamó que dejen de pegarme y me dijo corré Gabriel, me agache vi la oportunidad y escapé”, pero la huída fue demasiado breve. A los pocos metros ya lo esperaba otro efectivo ansioso por fajarlo.

Vinieron como un scrum de rugby, solo podía cubrir mi cara, pero cuando llegó el primer tipo que me detuvo me produjo un corte con su patada que llevó marcado hasta el día de hoy Vinieron como un scrum de rugby, solo podía cubrir mi cara, pero cuando llegó el primer tipo que me detuvo me produjo un corte con su patada que llevó marcado hasta el día de hoy

Pocos segundos transcurrieron desde que perdió el conocimiento, lo suficiente para despertarse con esposas puestas, hematomas por decenas y un nuevo compañero de detención, otro joven que seguramente también pagó justo por pecador. Cejas insiste en que este es un caso de tantos que han llegado a su conocimiento pero “parece que no hay reponsabes por tanta violencia y acciones ilegales”, recordando que no había orden de detención alguna ni justificación para desmedido actuar.

Retomando su narración, Gabriel recuerda que los hicieron cruzar de un extremo al otro del puente Lavalle, para dejarlos tirados junto a otro joven bajo una conocida pantalla gigante en la intersección de avenida 19 de Abril.

Cuando me llevaban por el puente yo iba rengueando. Me insultaban… pendejo de mierda, te vamos a llevar a la Brigada y pinchar con todas las agujas Cuando me llevaban por el puente yo iba rengueando. Me insultaban… pendejo de mierda, te vamos a llevar a la Brigada y pinchar con todas las agujas

Otra andanada de golpes le fueron conferidos y aunque un efectivo femenino quiso intervenir en su favor, fue rápidamente acallada por un superior jerárquico, de apellido Choque, quien le reclamó que no se involucre “si te están pagando para esto”. Esta referencia vuelve a traer a colación la bonificación de $50.000 que pagó el gobierno jujeño al personal que participó de los operativos.

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“Nos levantan del piso, nos tiran en la caja de la camioneta. Había un profesor, le habían partido la ceja, sangraba peor aún… Yo me secaba con mi campera, usando el hombro”, continuó Gabriel sobre el viaje a la Legislatura, parada previa a su viaje al servicio penitenciario.

EL PARLAMENTO JUJEÑO QUE SE VOLVIÓ CENTRO DE DETENCIÓN

Mientras una mujer, aparentemente personal penitenciarios, los miraba desde lejos diagnosticando los golpes de los detenidos, cada uno era presionado para firmar una contravención. Ante la negativa a subordinarse, Gabriel volvió a sufrir golpes, incluso pudo divisar al ministro de Seguridad, Guillermo Corro, a quien escuchó burlarse e incluso incentivar métodos violentos para que acceda a firmar.

Finalmente doblegaron su voluntad tras charlar con un agente más cordial que le advirtió que sus compañeros no iban a dudar en hacerle daño si no se permitía que le tomaran las huellas dactilares.

“Finalmente nos suben a la traffic de la peninteciaría con destino Alto Comedero, éramos muchos y estábamos heridos, pero recién me revisaron al segundo día”, concluye Gabriel quien no pudo contener las lágrimas frente a los recuerdos por los vejaciones que padeció durante esas 48 fatídicas horas.

Para la ex diputada provincial Cejas, es inconcebible el rol que cumplieron las fuerzas de seguridad, pero todavía más preocupante resulta la inacción de los diputados provinciales, muchos de ellos testigos de estos hechos ocurridos en la Casa de Piedra.

La policía de facto tomó los edificios públicos, la Legislatura fue un Centro de Detención Clandestino, en distintos lugares hacían cacerías humanas, levantando al voleo… Cuando se pidió ingresar todas las filmaciones en la causa, el gobierno sistemáticamente se ha negado, el MPA, jueces y fiscales, porque se puede ver toda la actuación de la policía y como la manada de policía lo atacó

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