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Ideas anacrónicas dificultando la gestión de gobierno

Hace algunas semanas el vice gobernador Bernis habló de la idea del gobierno de adelantar las elecciones en Jujuy en 2025, situación que generó un revuelo importante en distintos sectores políticos y gremiales por lo que significa un gasto aproximado a los 2 mil millones de pesos.

Esto se contrasta con la escalada de reclamos por la magra oferta ofrecida por el gobierno en materia de salario más los rechazos al pago de bonos y suplementos en el contexto de una provincia que dice tener superávit…

La expresión de Bernis que no es más que la comunicación de una orden impartida por Gerardo Morales, hoy tan solo un ciudadano común pero que continua incidiendo con sus ideas anacrónicas con las que terminó en el ostracismo luego de fracaso electoral en todos los escenarios. Aun así y frente a un gobierno incapaz de ponerle límites y una mayoría parlamentaria, que tampoco se atreve a decirle que es el pasado, sigue operando y alternando los tiempos de la gestión del señor Sadir que ayer en el acto de la autonomía de la provincia en el Barrio 18 de Noviembre dijo que no estaba en agenda el tema del adelanto de las elecciones en Jujuy. Esta una señal de fuerte discrepancia con el vicegobernador al menos públicamente sobre la imposición de Gerardo morales…

Sabemos que Bernis no tiene autonomía para largarse solo con semejante comentario sino está por detrás la orden de Morales. Esta no es una apreciación en lo personal es una mirada institucional en todo caso sobre la interna del gobierno.

Sadir dio un paso fuerte como queriendo marcar la cancha intentando hacer sentir su poder, creo que es la primera vez que lo hace. Es difícil pensar que esto sea tan solo una discrepancia sino la respuesta a las imposiciones de Morales sobre temas delicados como la cuestión electoral y como tantos otros en donde al gobernador no le ha quedado otra que acatar. Pero pareciera que la paciencia se termina como en todas las cosas.

Lo de ayer fue una primera reacción del gobernador que enciende una luz amarilla sobre lo que pasando dentro del ejecutivo…

La discrepancia no es mala cuando es compatible con la cohesión interna si se arreglan las reglas democráticas dentro del esquema del poder…

Aquí lo que ocurre es que se eligió el camino de la lealtad, del silencio que es distinta a la lealtad de la libertad…

La discrepancia no es el problema. El miedo, la envidia y el recelo son el problema.

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