Sin embargo, para los vecinos de la zona, representados por las autoridades del Centro Vecinal, Rolando Lobo e Isabel Rodríguez, significa:
- Un espacio verde con juegos para niños y cancha de fútbol, no apto para el comercio.
- Un lugar sin baños, con las consecuencias esperadas.
- Venta callejera, no ambulante.
- Un pulmón verde cuyos árboles se arruinan con el aceite quemado de las comidas que se preparan en la feria.
- El silencio de la Municipalidad y la Delegación Municipal al respecto.
- Una cancha de fútbol llena de piedras y basura.
- Una zona de quema de pastos.
- Un lugar de estacionamiento que dificulta el tránsito peatonal y vehicular de los vecinos.
- Competencia desleal para los comerciantes legalmente establecidos en el barrio.
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“No estamos en contra de que vendan, queremos hablar con los responsables. No nos ponemos en actitudes antagónicas porque no conducen a nada. Es un espacio con mucha afluencia de público donde no hay baño ni agua. Es un espacio recreativo, policultural, no apto para la actividad comercial. Queremos hablar y tratar de organizar o minimizar el efecto que tiene, dos días a la semana, tanta afluencia de público”.
