- Más de 7 años de intervención sin elecciones ni plazos públicos.
- Un edificio recuperado, pero con débil vida institucional.
- Rol de Lamas y falta de información sobre la normalización.
Federación de Básquet de Jujuy: intervención eterna y un rol que genera preguntas
Desde hace siete años, la entidad permanece intervenida, una situación excepcional que con el paso de los años dejó de ser transitoria para transformarse en una normalidad institucional. Lejos de resolverse con un proceso democrático que devuelva la conducción a los clubes, la situación se prolonga sin plazos claros ni explicaciones públicas consistentes.
En ese contexto, surge un interrogante central: ¿para qué existe hoy la Federación Jujeña de Básquet y qué función real cumple? Para numerosos actores del básquet local, la entidad parece activarse principalmente cuando el Gobierno provincial necesita el espacio físico —hoy remozado y en buenas condiciones— para eventos, actos o competencias articuladas desde el Estado.
*Un edificio recuperado, una institución ausente
Es justo reconocer que el espacio físico federativo mejoró notablemente. Años atrás, el edificio se encontraba deteriorado y prácticamente en abandono. Hoy luce ordenado, funcional y apto para actividades. Sin embargo, la recuperación edilicia no vino acompañada de una reconstrucción institucional.
La pregunta que se repite entre dirigentes y entrenadores es simple: ¿el fortalecimiento fue para el básquet jujeño o para disponer de un lugar estratégico cuando el Gobierno lo requiere?
Las obras culminaron en 2023
En este proceso de intervención (2018), fueron nombrados Bertil Kindgard, Octavio Rivas y Gustavo Lamas, como responsables de la institución hasta que se regularice la situación de la Federación de Básquet.
*Gustavo Lamas y un rol poco claro
Otro punto que genera cuestionamientos es el rol de Gustavo Lamas, quien se desempeña como interventor de la Federación. ¿Cuáles son concretamente sus atribuciones? ¿Quién lo designó y bajo qué marco legal? ¿Qué avances hubo en estos años para normalizar la entidad?
Hasta el momento, no se conocen públicamente balances, cronogramas de normalización ni convocatorias a elecciones, pilares básicos de cualquier institución deportiva. Mientras tanto, los clubes continúan funcionando con esfuerzo propio, muchas veces sin el acompañamiento federativo que debería garantizar competencia, desarrollo, formación arbitral y planificación a largo plazo.
*Siete años sin elecciones
Una intervención que va a superar los 8 años pierde sentido como herramienta de ordenamiento y pasa a ser un problema en sí misma. El básquet jujeño necesita una Federación conducida por sus clubes, con autoridades legitimadas por el voto y con una agenda propia, no supeditada a intereses externos.
La falta de respuestas oficiales alimenta la sensación de que la Federación existe más como un espacio administrativo disponible que como una verdadera casa del básquet provincial.
*Transparencia y autonomía, las deudas pendientes
El reclamo no apunta contra las mejoras edilicias, necesarias y bienvenidas, sino contra la ausencia de transparencia, autonomía y participación. Sin reglas claras y sin conducción elegida democráticamente, el básquet de Jujuy sigue creciendo a pesar de la Federación y no gracias a ella.
Es tiempo de que se expliquen los motivos de una intervención tan prolongada, se definan responsabilidades y sobre todo, se devuelva la institución a quienes le dan sentido: los clubes y sus jugadores.
La normalización de la Federación de Básquet de Jujuy no puede seguir postergándose. Sin democracia interna ni rendición de cuentas, cualquier mejora material queda incompleta. Dicho deporte merece una entidad activa, transparente y representativa.
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