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Elecciones marcadas por la tasa vial: la falta de transparencia en la rendición de cuentas como factor clave

En la provincia de Jujuy, la reciente reunión convocada por el intendente Raúl Jorge, para rendir cuentas sobre la polémica tasa vial, ha generado más dudas que certezas. La convocatoria parecía una oportunidad para transparentar el destino de los fondos y responder a las inquietudes de los vecinos. Sin embargo, en el documento final que se presentó, ningún número concreto apareció en el resumen, ni en los detalles.

La rendición de cuentas es fundamental para la credibilidad de un gobierno porque demuestra transparencia, responsabilidad y compromiso con la gestión pública. Al rendir cuentas, el gobierno informa a la ciudadanía y a las instituciones sobre sus acciones, decisiones y resultados, lo que genera confianza y legitima su autoridad. Sin una rendición de cuentas efectiva, aumenta la percepción de corrupción, desconfianza y arbitrariedad, lo que puede debilitar la gobernabilidad y la confianza en las instituciones públicas. En resumen, la rendición de cuentas fortalece la credibilidad al promover transparencia, control social y legitimidad en la gestión gubernamental.

Esto, ¿es simplemente una tomadura de pelo? ¿O estamos frente a una forma de impunidad a cara descubierta de municipio de la capital cuyo responsable es el propio, que busca ocultar información importante y seguir manejando los recursos sin una verdadera rendición de cuentas?

Muchos consideran que la falta de datos claros y numéricos en un momento clave, cuando se trata de fondos públicos y decisiones que afectan a toda la comunidad, refleja una actitud de desprecio hacia la ciudadanía. Una especie de subestimación, como si la experiencia y el criterio de los vecinos no importaran, y que la transparencia fuera solo una formalidad.

Este tipo de acciones deteriora la confianza en las instituciones, alimenta la desconfianza y alimenta la sensación de que en política, a veces, el silencio y la opacidad parecen ser la regla.

Estamos a unas horas de un momento decisivo en la historia política de nuestra provincia. Pero antes de ir a las urnas, no podemos dejar de reflexionar sobre lo que ha pasado en las últimas semanas con la gestión del intendente Raúl Jorge y su equipo.

Una cosa es la política, y otra muy distinta es el respeto por los vecinos y por la transparencia. La reunión para discutir la tasa vial, que en realidad afecta a todos los ciudadanos, terminó siendo un acto con pocas transparencias, con la ausencia de datos claros y, lo que es más grave, con la falta de notificación a los concejales opositores. Eso, en un Estado que dice ser democrático, es una grosería.

Es por ello que el electorado debe modificar con el voto las hegemonías tanto en legislatura como en el concejo deliberante es fundamental para poner límites a los abusos de poder.

A días de un comicio crucial, surge la pregunta: ¿qué actitud deberían tener los vecinos? Muchos intuimos que la respuesta está en la participación, en el voto consciente y en la vigilancia activa. La ciudadanía tiene la posibilidad de mandar un mensaje claro: ¿política autocrática, falta de respeto y poca transparencia? ¡Basta!

El acto de votar no solo es elegir candidatos, sino también una forma de exigir responsables y de decirle no a las actitudes autoritarias. Es la oportunidad de fortalecer a quienes realmente quieren un cambio, con gestos transparentes, diálogo abierto y respeto por todos los ciudadanos.

En las democracias modernas, la rendición de cuentas no es solo un requisito formal, sino un pilar fundamental para garantizar la legitimidad y la salud de nuestras instituciones. Cuando los gobiernos, ya sea a nivel local, provincial o nacional, rinden cuentas, están mostrando transparencia en su gestión, permitiendo que los ciudadanos conozcan cómo se manejan los recursos públicos, cuáles son sus decisiones y qué resultados se alcanzan.

Es esa transparencia la que fortalece la confianza en las autoridades, evita la corrupción y fomenta una participación activa de la ciudadanía. Sin rendición de cuentas, la gestión pública puede convertirse en un espacio de opacidad, donde la impunidad y la arbitrariedad crecen al amparo del poder.

En una democracia, el control social, esa voz de la gente que exige claridad y responsabilidad, es esencial. La rendición de cuentas en realidad significa abrir las puertas para que todos puedan vigilar, preguntar, exigir respuestas y, en caso de fallos, impulsar cambios.

Por eso, en estos tiempos, cuando la ciudadanía está más informada y conectada que nunca, la responsabilidad de los gobernantes es mayor. La rendición de cuentas ya no debe ser una opción, sino una obligación. Porque solo así logramos una democracia fuerte, transparente y realmente representativa no este engendro que han generado estos señores en el poder.

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