- Avanza la obra del horno crematorio en El Remate a pesar del rechazo vecinal y las múltiples irregularidades.
- Las emanaciones expulsadas en la quema de cadáveres y otros elementos puede dañar severamente la calidad de vida de los pobladores.
- El abogado ambientalista Kevin Ballesty afirmó la existencia de acuerdos político empresariales para avanzar con la obra.
El gobierno avala un crematorio a costa del bienestar de los vecinos
Se trata del cuarto intento de una empresa por emplazar un horno crematorio en territorio jujeño. La locación cambia sin interpelación alguna de la autoridad de aplicación, mientras la insistencia alimenta teorías de acuerdos público-privados espurios
El afán de instalar un horno crematorio en territorio de Gerardo Morales se ha convertido en un conflicto más allá de cuestiones geográficas: Villa Jardín de Reyes, Los Paños, en el Cementerio El Salvador o la localidad rural El Remate, cualquier jurisdicción es aceptable mientras no se consulte a los vecinos.
Un historial de fallidos intentos ha demostrado que tanto intereses privados como públicos se enfilan tras un objetivo común, muy necesario por cierto para el tratamiento de cadáveres (y otros materiales)pero sin miramientos hacia el perjuicio ambiental que podría causar sobre “Pachamama no te cuido”.
La localidad palpaleña ubicada a casi 20 km del centro urbano, no es monte ni desierto, hay viviendas, escuela, posibilidades para desarrollo industrial e histórico despliegue agrícola.
Motivos suficientes para elaborar los respectivos estudios de impacto socio-ambientales, no efectuados a la fecha como la legislación lo exige y con la flagrancia de estar trabajando en el área únicamente con avales políticos.
“Las oficinas de Calidad Ambiental brindan los requisitos al representante, formularios con requisitos tanto legales como técnicos. Una vez que se evalúa el impacto ambiental y el Ministerio lo habilita, recién le da el permiso para construir, lo que de hecho están haciendo”.
“Es un trabajo bastante riguroso donde se va a buscar el pelo al huevo para que la empresa corrija o mitigue cualquier tipo de impacto negativo, cada proyecto productivo tiene un impacto” describe el abogado ambientalista Kevin Ballesty.
Con la evidencia sobre la mesa, la operación “crematorio como sea” muestra ribetes poco transparentes, como ya es costumbre para una de las carteras más jóvenes, mejor financiadas, pero cuya gestión está sumamente de alcanzar los objetivos concebidos.
En coincidencia con Ballesty, la diputada justicialista Alejandra Cejas también considera imprescindible el emplazamiento de un crematorio pero no en condiciones ilegítimas como ha venido ocurriendo durante cada intento previo.
“El crematorio en Jujuy viene siendo rechazado aún por los mismos tribunales ambientales de la provincia porque no cumplen con los requisitos mínimos. Hay un claro soporte político de quienes intentan instalar el crematorio a espaldas de los vecinos, a espaldas de la legislación ambiental, a espaldas del régimen municipal”.
Dentro del Cuerpo Deliberativo los pedidos de informe no han podido superar el filtro del rivarolista (el intendente supuestamente ignora lo sucedido), tampoco pronunciaron sobre la delicada cuestión. Quienes habitan la zona han sido rehenes de promesas incumplidas por décadas, no parece conmover a los administradores políticos que su calidad de vida pueda ser aún más perjudicada.