- La Jueza de Menores, Pilar Medina, explicó los alcances de delitos como "corrupción de menores" y "trata de personas", con preocupante presencia en la provincia.
- Destacó la importancia de no victimizar a los menores y desmitificó el mutuo consentimiento.
La Jueza Medina instó a una mayor especialización en casos de "corrupción de menores"
A raíz de hechos recientes de público conocimiento y su abordaje judicial, la magistrada habló con Radio 2 para aclarar puntos críticos, desde la terminología correcta hasta la línea de trabajo que debe desarrollarse entre distintas áreas intervinientes.
En el marco de los recientes casos de corrupción de menores que han sacudido a la comunidad, la jueza de Menores, Pilar Medina, realizó declaraciones que arrojan luz sobre la complejidad de esta problemática y la necesidad de un abordaje interdisciplinario para proteger a las víctimas y aunque no es estrictamente de su competencia, ofreció sugerencias para combatir las redes criminales que cooptan a niños, niñas y adolescentes para fines perversos.
“La integridad sexual de nuestros niños, niñas y adolescentes debe tratarse con total seriedad y compromiso. La corrupción de menores no es un concepto abstracto, sino que implica alteraciones y transformaciones que pervierten el desarrollo de los menores”, afirmó Medina, destacando la gravedad del delito y la importancia de entenderlo en su dimensión judicial y social.
Medina subrayó que a pesar de que los criminales usan el consentimiento de las víctimas como argumento para justificar su accionar, jurídicamente no puede existir tal aceptación entre partes, siendo un agravante en casos de menores de 13 años y cuando se presenten engaño, abuso de autoridad o coerción.
En sus declaraciones, la jueza detalló situaciones frecuentes que evidencian estos delitos, como fiestas donde se suministra alcohol a menores y se obtienen fotografías comprometedoras dejando en claro que no necesariamente tiene que existir un acto sexual para configurar este delito.
Ya cuando se habla de trata de personas, la escala delictual pasa a otro nivel, donde puede haber un sometimiento tanto patriarcal como matriarcal extendido por varias provincias e incluso redes internacionales, muy difíciles de desensamblar. Aunque los delitos cometidos por adultos, exceden su juicio, es por experiencia propia que ha visto como foráneos buscan de objetivo a provincias pequeñas (como Jujuy) para extender sus operaciones, muchas veces usando a otros menores de manera coercitiva para captación.
“En todos los casos la víctima no es responsable y eso es lo que hay que tener muchísimo cuidado cuando hablamos de corrupción y al mismo tiempo vemos que se lo castiga… ese menor tiene que ser resguardado en forma inmediata y ponerle a disposición todos los medios necesarios para que esta persona pueda volver a tener una vida normal”, explicó sobre el trabajo interdisciplinario que contenga, reconstruya una vida que fue literalmente pervertida.
Sobre ciertas expresiones de agentes fiscales en el caso más dramático del momento, Medina dejó entrever que el recurso humano especializado es escaso en Jujuy, siendo que hay actualmente en funciones tres jueces con estas características, por lo que recomendó seguir capacitando a los funcionarios públicos para lograr mejores intervenciones y comunicación ajustada a los términos correspondientes.
A modo de interpelación social, la jueza pidió no dejar en manos únicamente de la justicia provincial o en caso de redes de trata, sobre el fuero federal, con acciones por oficio, las alertas tempranos son esenciales en este tipo de delitos.
“Justamente las divisiones se realizan porque tienen que ser necesarias, entonces hay situaciones que comienzan siendo provinciales y llegado a un momento se tiene que dar parte a los juzgados federales, cuando más rápido se dan las participaciones más rápidos se puede transformar, se pueden destruir redes que muchas veces la gente percibe, saben que no está bien, o sea, el acercarse a la policía y preguntar ante una duda puede ser el camino”.