Vecino de la zona sur capitalina denunció que la inseguridad y el consumo de sustancias ilícitas alcanzaron niveles preocupantes.
La inseguridad no es exclusiva de ningún sector o ciudad jujeña, como tampoco lo es la falta de respuestas de la policía a denuncias de todo tipo.
Barrio San Isidro es el ejemplo perfecto de la situación: vecinos que denuncian el consumo de drogas a plena vista, en la calle, son prácticamente ignorados por esa Fuerza del orden.
A pesar de las denuncias, de algún que otro recorrido de un patrullero que no detiene a personas en actitud sospechosa, y la instalación de una carpa policial donde no se toman denuncias, no hubo reacciones al respecto.
Esteban Lacsi, residente de esa zona de la capital jujeña, contó la situación:
“Hay completa inseguridad: la policía no recorre la zona donde se ve personas en situación de calle con adicciones. Es muy inseguro para los chicos. Hay una plazoleta donde no pueden jugar porque se junta la gente que se droga.
Es muy difícil salir a la calle. Llamamos a la policía pero no viene, llega a las tres horas. Pedimos más seguridad en la zona. Hay mucha gente que anda por la calle, drogándose. Tenemos un comedor y es muy inseguro.
En esta zona hubo muchos robos, entraderas, desvalijaron casas. Se llevaron inodoros, bidets, incluso se llevan las rejas de las casas.
Cada vez que llamamos a la policía dicen que mandarán patrulleros o motocicletas, pero no llegan cuando los necesitamos. Hubo una pelea a pedradas, llamamos a la policía y tuvimos que encerrarnos.
Los vecinos están enojados con la policía porque se cansan de llamar y ya no sabemos qué hacer, dónde o a quién llamar. Si hicieran recorridos podrían sacar la gente de la calle. El consumo que hay en el barrio es muchísimo, se lo nota. Hay chicos sentados en la plaza, drogándose todo el día.
Se instaló una carpa de policía en una plaza, y cuando denunciamos algún hecho nos mandan a otra institución o a la comisaría.
Después de las 20:00 se llena la plaza. Debe haber un kiosco de estupefacientes cerca.
Si les decís algo te faltan el respeto. Los vecinos viven con miedo. Te responden de mala manera si les decís algo. Es un riesgo reclamarles algo o ponerse a discutir.
Muchos no son de la zona, sino que vienen de otros barrios. Se quedan aquí porque la policía no viene”.
