El caso de Alejandra Cejas o el de los tuiteros Morandini-Villegas no son los únicos que exponen un accionar judicial direccionado políticamente. Durante los últimos ocho años, la estructura completa, desde su cúpula, con el Superior Tribunal de Justicia y el órgano ejecutor Ministerio Público de la Acusación hacia abajo han perseguido, multado, detenido, amedrentado a los ciudadanos que no comulgan con el poder de turno.