Pero mientras de este lado del mundo se experimenta cierta calma, lo que está pasando en Europa permite anticipar que llegará una "segunda ola". Es así que desde diferentes sectores ya se empieza a pensar en posibles medidas para atenuar ese impacto.
En diálogo con Radio 2 el economista Juan Ljungberg planteó que volver a un confinamiento estricto sería inviable porque las condiciones en las que se implementó esta medida la primera vez, ya no son las mismas. No sólo hay un desgaste de la sociedad en general, sino de la actividad económica y del propio Estado.
"Ya son demasiados meses de inactividad y esto causa perjuicio a todos y en particular a quienes tienen más vulnerabilidad en lo económico. Los empleados del estado cobran igual, no así los privados y aquellos que no están en la actividad registrada".
"A pesar de que el gobierno nacional tuvo programas de asistencia estos se van restringiendo porque la capacidad económica del Estado para mantener estos programas ha llegado a un límite", explicó.
El escenario claramente es dinámico señaló Ljunberg, pero consideró que en esta etapa de calma hay que lograr lo máximo de recuperación posible.
"Tenemos una situación bastante controlada como para lograr una recuperación de lo máximo posible del nivel de actividad económica. Si llegase a haber un rebrote nuevamente obviamente va a haber que tomar medidas precautorias para evitar la expansión".
Ahora bien, hay que pensar en cuáles medidas y cómo implementarlas, la responsabilidad individual también tendrá un rol central.
No obstante el sector privado ya dejó en claro que no está dispuesto a volver para atrás y lo hizo en aquella espontánea caravana que realizó contra el gobierno cuando intentó volver a Fase 1.
Ljunberg manifestó que hay que tratar de recuperar la economía pese a todas las limitaciones que se presentan. "Volver a lo más parecido a lo normal".