“Cuando es la víctima la que se entera, lo que hay que hacer es denunciar, y si una persona viola una perimetral ya está violando una orden judicial, lo que implica un mayor nivel de riesgo procesal y debe ser privada de la libertad”, consideró la letrada.
Niños
“Un problema con los niños e hijos de los violentos, es una idea de que están al margen de los riesgos que corre la madre, mujer víctima de violencia, y no es así. Veo de forma brutal cómo, a través de los niños e hijos, se violenta a las mujeres. Hay una campaña que intenta hacer que las mujeres retrocedamos en la legislación protectora y plantean que denunciamos violencia para hacer que los padres no vean a los hijos. Hoy los violentos han perfeccionado sus violencias frente a todas las medidas cautelares que protegen a las mujeres, y van por los niños”.
Fallos
“El sistema falla. Recordaba el caso de Zulma Valencia; quien fue el femicida fue detenido por lesiones en mayo, el 6 de junio fue liberado con la condición de que se cumpla la restricción. Se fue a vivir a la casa de un familiar y la jueza ordenó al Consejo Provincial de la Mujer que controle estas medidas cautelares. La Secretaría, lo que hace es constatar, en el domicilio de Zulma Valencia, que el acusado violaba la orden de restricción e iba a la casa. En julio, la Secretaría de Paridad de Género informó a la jueza que se estaba violando esta orden de restricción. No ocurrió nada, y en octubre, el 12 de octubre, la mató. Había que pensar estas responsabilidades del Estado, incluso civil, que es uno de los planteos que se harán este año”.
“Logramos más cosas que en otros lugares no por un estado con voluntad sino por un pueblo que en 2020 dio la batalla que dio por el caso de Iara (Rueda). Logramos algunas cosas, y en relación a otros lugares, estamos un poquito mejor, pero está claro que no alcanza. Esta es una gran batalla ideológica, cultural, vienen a arrasar. Las nuevas Derechas y los retrocesos tienen a la mujer como blanco”.
“En Jujuy es un desastre. Los papás que les pegan a sus hijos, no pasa nada. En los tribunales de familia vemos cómo se obliga a los niños a perdonar, así hayan visto que el padre violaba a la madre, o que le pegaba y la dejaba tirada en el piso. Y criminalizan a las madres por pegar una cachetada, por el desborde. A veces el mismo desborde de la violencia”.
“Necesitamos equipos. Estamos menos peor que en otros lugares, pero tiene que ver con la lucha que dimos. Cada femicidio es evitable, en cada caso hay que ver lo que pasó para entender qué falló”.