Una nueva línea de batalla se está organizando en la guerra entre Ucrania y Rusia. Con muchas diferencias respecto a las guerras del siglo XX, estas nuevas “tropas” no las encontramos en el frente de batalla, en trincheras o aviones. Están ocultos, no se sabe su identidad, no tienen entrenamiento militar pero están ahí saboteando los planes del Kremlin.
En pleno siglo XXI, todos los países dependen de la tecnología y esto hace que los ataques cibernéticos sean una fuerte amenaza para ambos lados. Pero… ¿quiénes se encargan de estos ataques? ¿Quiénes son? ¿Cómo se organizan?
El 26 de febrero, pasados ya dos días de la invasión rusa en Ucrania, Mykhailo Fedorov, ministro encargado de asuntos digitales en Ucrania twitteaba: “Estamos creando un ejército digital. Necesitamos talentos digitales”, escribió el ministro ucraniano y compartía un enlace de un grupo de Telegram para que se sumen los talentos digitales que quieran formar parte del frente cibernético. “Habrá tareas para todos. Nosotros continuaremos luchando en el frente cibernético”.
Para unirse a este grupo de Telegram donde se organiza el frente cibernético en apoyo de Ucrania no se requiere ningún tipo de acción previa ni posterior, pero los encargados de su gestión no dejan de sugerir ataques concretos: derribar páginas webs estatales rusas, hackear correos electrónicos de miembros del parlamento ruso y atacar sus sistemas de comunicaciones.
“Intentamos apuntar a sitios web de la administración regional del invasor. Sospechábamos que no les estaba yendo bien en el nivel del suelo, pero parecía ser aún peor. Algunos de los objetivos se sintieron deprimidos y no se levantaron por un día considerando que ya estaba dentro de nuestro alcance por un tiempo. Por lo tanto, si a alguien le gustaría seguir centrándose en otros sitios web regionales, siéntase libre. Hay muchos sitios web que podrían estar caídos con algunos esfuerzos”, se puede leer en uno de los mensajes enviados al grupo de Telegram “Fuerzas cibernéticas de Ucrania”.
“Los mercados de autónomos rusos no son objetivos obvios, sin embargo, creemos que deberían sentir que la guerra también es real. Todo ruso que apoye a Putin, la guerra y la matanza de ucranianos debería sufrir daños económicos”, escribía otro integrante del frente cibernético.
Anonymous, los hackers justicieros
El otro gran grupo organizado de hackers con una amplia trayectoria en conflictos es Anonymous. Desde el inicio de la guerra sus integrantes de todas partes del mundo han ido proponiendo y ejecutando ataques cibernéticos con éxito. Hasta el momento, y como respuesta frente a la cortina de humo que instaló Putin en los medios rusos para engañar a sus ciudadanos sobre lo que está pasando en la guerra, Anonymous ha llenado reseñas de restaurantes en Google Maps Rusia y Bielorrusia con frases sobre la invasión. También ha hackeado los canales de televisión rusos y transmitieron imágenes de la invasión rusa, entre otras cosas.
También se atribuye a Anonymous haber hackeado cientos de cámaras de videovigilancia en Rusia para poner mensajes en contra de la invasión de Ucrania e instar a los civiles a combatir al Kremlin. Otra idea fue que en algunas estaciones de recarga de coches eléctricos de Moscú se exhibiera en las pantallas del surtidor mensajes como “Gloria a Ucrania” e insultos a Putin. Además organizaron una campaña masiva de spam mandada a rusos al azar en la que se “cuenta la verdad sobre la guerra de Ucrania”.
Anonymous no es una organización estructurada, ni jerarquizada, ni cerrada. Es decir, no responden a un líder y cualquiera que tenga los conocimientos necesarios de informática puede formar parte. Anonymous no tiene fronteras, cualquiera puede participar desde cualquier parte del mundo y ni ellos mismos saben quienes forman parte.
Este grupo de hackers tienen aires justicieros en contra de cualquier gobierno tiránico o que imponga medidas a la fuerza. No es casualidad que Anonymous sea representado por la icónica careta de V de Vendetta, símbolo de resistencia a la tiranía.