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Entre exorcismos y amenazas: la temible dueña del pabellón 14 B

Paloma León fue denunciada por graves delitos que incluyen trata de personas e intento de homicidio. Cuando la detuvieron se convirtió en la "jefa del pabellón". La historia contada por una de las víctimas.

La vida dentro de una prisión es una pesadilla. Los relatos de lo que pasa detrás de los muros parecen sacados de las peores historias de terror. En Mendoza la realidad no escapa a esta situación y una de las víctimas contó lo que vivió durante cinco años.

El joven, quien prefirió realizar la nota de manera anónima, fue detenido en 2015 y quedó alojado en el pabellón 14 B de Boulogne Sur Mer, destinado a personas trans, no binarias y gays.

"A finales del 2015 tuve la mala suerte de conocer a Paloma León, quien era la que mandaba en el pabellón", detalló.

León es una mujer trans conocida en la crónica policial. Fue sindicada como proxeneta y denunciada por trata de personas, robo, intento de homicidio y explotación.

En 2015 estaba alojada en el pabellón a la espera de un juicio por explotación de la prostitución en grado de tentativa y robo agravado en concurso real, en poblado y en banda. Junto a su pareja, Ricardo, eran los líderes de ese sector del penal.

"Cada vez que ingresaba alguien nuevo al pabellón le decía que ella lo había creado para que pudieran estar cómodas las personas de diversidad. Pero la realidad es que vivíamos oprimidos, y con el paso de los días comenzaba a extorsionarnos a nosotros o a nuestra familia para que le pagáramos una suma mensual para seguir estando en el pabellón".

Los importes de dinero llegaban hasta los 10 mil pesos, según la víctima, quien dijo que su familia fue abordada tras una visita.

"Con nosotros se hacía llamar la líder espiritual, la medium y quien podía leernos la mente, nuestro pasado y el futuro. Ella nos decía cómo actuar, a muchas chicas las llamaba sus hijas y hasta nos obligaba a que le pegáramos a nuestros compañeros. Si nos negábamos, la paliza era para nosotros", detalló y agregó: "todos en el pabellón éramos víctimas".

El maltrato llegaba a tal punto que hasta incluía exorcismos y amenazas.

"A una de las chicas la ataron, le hicieron un exorcismo y le hicieron comer excremento de gato. Toda la ceremonia fue realizada frente a todos, lo que nos generó más miedo", recordó.

Durante su estadía en la cárcel mendocina, Paloma le repetía a sus "hijas" algunas frases:

-Yo soy el punto de llegada, el punto de partida y el punto de regreso

-Todos estábamos en Israel, más no todos éramos israelitas (en relación a los posibles traidores)

-El que da traición recibe traición (advertencia que les recordaba todos los jueves el día de la visita)

Ahora León está detenida en el penal de Ezeiza por una causa por trata de personas, pero al parecer, una de sus "hijas" sigue controlando de cerca qué ocurre en el pabellón 14B.

"El miedo es tal que algunas hasta siguen repitiendo las frases de Paloma, aunque ella ya no está acá", cerró la entrevistada.

FUENTE: MDZ

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