Los datos oficiales marcan que la canasta provincial aumentó $290.000 en cuatro meses de este 2024 y una familia jujeña necesita más de $775.000 para no caer en la línea de la pobreza.
Lejos de esta realidad parece estar el gobierno local, el cual ofreció solo un 10% de incremento salarial a los trabajadores estatales; situación que como era de esperarse desató el malestar.
El porcentaje no equipara la suba de precios y la realidad lo refleja:
- Patricia Flores, docente jujeña, contó que se fue a vivir a una pieza y no pudo llevar a su hijo: “El año pasado si estaba alquilando un departamento, vivíamos mi hijo y yo, y en un momento no me alcanzó y mi hijo se fue a vivir con su papá porque yo tuve que cambiar el alquiler y el estilo de vida, hoy estoy viviendo en una pieza”.
- Gabriela Cabezas, también educadora, se mostró conmovida al señalar que no puede pagar el alquiler por su magro salario. “ Tuve que restringir la comida, la ropa. Los alquileres son imposibles. Vivo en casa de mis hermanas, no puedo alquilar, y me duele mucho por mi hijo”.
Y el sector docente no es el único que atraviesa este complicado panorama.
Mariela Lamas es una trabajadora municipal jujeña y expuso que también sufre la devaluación de su sueldo. Hace tres meses dejó de alquilar porque no le alcanzaba y volvió a la casa de sus padres, con su esposo y sus dos hijos.
Además, se vio obligada a restringir gastos en actividades recreativas y deportivas de los chicos porque debe priorizar la comida.
Embed - "Volví con mis padres": a una empleada municipal no le alcanza el sueldo para alquilar
“Mi situación es que en estos momentos estoy viviendo en la casa de mis padres porque no me da para pagar un alquiler, subieron mucho. Hasta el año pasado alquilaba pero hace tres meses que volví a la casa de mis papás, tengo que darles de comer a los chicos y era imposible sostener el alquiler con el sueldo que tengo”.
Me cobraban $110.000 hasta enero y después me querían subir a $230.000, pero era justo el inicio de clases, los gastos de la escuela y no podía, era imposible. Había que elegir entre darles de comer y alquilar, no se podía es una locura todo.
Vivimos en la casa de mi papá, somos seis personas, papá, mamá, mis dos hijos, mi esposo y yo. Mis hijos me pedían seguir con actividades, fútbol y otras cosas pero no se puede, darle plata para el recreo $500 no son nada. Vacaciones ni hablar, ni siquiera al Ramal que tenemos un familiar, es una locura”, relató.