Si bien la medida busca aliviar la carga impositiva de los trabajadores y las familias de ingresos medios y bajos, su implementación tiene un alto costo fiscal, y sus efectos a largo plazo son motivo de preocupación.
Política tributaria y elecciones: Un combo peligroso para el futuro
El reciente cambio en el Impuesto a las Ganancias anunciado por Sergio Tomás Massa ha generado un debate profundo en el país.
El aumento del mínimo no imponible del impuesto y la exención del pago para un gran número de asalariados formales de ingresos más altos se traducen en una pérdida sustancial de recaudación para las provincias.
Según estimaciones de la consultora Aerarium, esta medida tendrá un costo fiscal cercano a un billón de pesos, de los cuales más del 57% recaerá en las provincias.
Es importante destacar que esta situación no es nueva. En 2019, tras la derrota en las PASO, el gobierno de Mauricio Macri también implementó cambios en el Impuesto a las Ganancias que generaron pérdidas significativas para las provincias. En ese momento, muchas de ellas llevaron la cuestión a la Justicia.
La pregunta que surge es si estas medidas, en apariencia orientadas a aliviar la carga de los contribuyentes, tienen un propósito más profundo y electoralista.
El costo fiscal para las provincias, que deberán afrontar una parte sustancial de la pérdida de recaudación, es un asunto preocupante. No se puede ignorar el hecho de que estas decisiones se toman en un contexto de campaña electoral, lo que plantea interrogantes sobre la verdadera motivación detrás de ellas.
El gobierno argumenta que la pérdida de recaudación podría compensarse con un aumento del impuesto PAIS a las importaciones y mejoras en la recaudación derivadas del aumento del consumo y la actividad económica.
Sin embargo, estas proyecciones son inciertas y pueden estar sujetas a variaciones imprevistas.
En última instancia, lo que está en juego es la sostenibilidad fiscal de las provincias y la estabilidad económica a largo plazo. Las medidas tributarias que se toman en el calor de una campaña electoral pueden tener consecuencias significativas en el futuro.
Es esencial que se busquen soluciones que no solo alivien la carga de los contribuyentes, sino que también aseguren la viabilidad económica de las regiones y del país en su conjunto.
En tiempos electorales, es necesario recordar que las decisiones de hoy tienen un impacto duradero en el futuro de la nación