Para Quintar, el sector Salud está atravesando un “desmadre” producido por la pandemia sumada a los índices inflacionarios registrados en los últimos meses, agregando que “los grandes beneficiarios de la pandemia fueron las prepagas, que vieron sus gastos reducidos porque muchas de las prestaciones fueron dadas por el Estado. Ahora tienen que acompañar con incrementos de valores a las empresas y no lo dan. Eso se traduce en no pagar a los médicos como corresponde y no pagar a las clínicas, cuando los ingresos de las prepagas se incrementaron aproximadamente en 115% en el último año”.
En este sentido, agregó que el gobierno autorizó aumentos de un 114% en las prepagas, a empleados de la sanidad se otorgó un 98% de incremento y el promedio de falta de actualización de las prepagas es de 40%.
A los incrementos deben afrontarlos las clínicas, sostuvo Quintar, “y no es un problema de que las obras sociales o las prepagas no tienen ingresos, porque cobran cuotas monstruosas a los afiliados y nos dejan a la suerte a las clínicas para afrontar los incrementos que nos lleva la inflación”.
Complicada situación económica de las clínicas jujeñas
De acuerdo al referente, tanto el Instituto de Seguros de Jujuy como PAMI (a pesar de que con esta última aun están en período de negociaciones) cumplieron con las pautas de incrementos, “pero llama la atención que las prepagas, que son supuestamente los financiadores más ricos del esquema sanitario nacional, son las que no quieren aceptar los incrementos”.
A los gastos que significan estos aumentos, agregó Quintar, se suman los aumentos de precio de insumos, que rondan el 200% anual.
“(Los números) no están cerrando; muchas clínicas están restringiendo la cantidad de cirugías o internaciones y hay empresas que se funden trabajando. Tal vez tienen mucho trabajo, pero al final del mes no cierran los números”.
El comunicado oficial