- La sanción de la ley 26.618 marca un hecho histórico fundamental en la lucha de las colectividades disidentes y diversas.
- La legislación vigente representa un gran espacio ganado, en materia de derechos humanos, pero aún queda mucho camino por delante que recorrer.
- Los actos de discriminación, violencias y odio lejos están de la sociedad humana, diversa e inclusiva que merecemos.
Ley Matrimonio Igualitario: las leyes no transforman cabezas, todavía hay mucho por hacer
La sanción de la Ley 26.618, Matrimonio Igualitario, marcó un antes y un después en la historia Argentina y Latinoamericana. En el año 2010 el Estado nacional garantizó legalmente el derecho al matrimonio civil entre personas del mismo sexo dando respuesta a una lucha incansable del colectivo LGBTIQ+. Lo cierto es que todavía falta mucho por hacer siendo el desafió latente, construir, una sociedad más humana, diversa e inclusiva libre de violencias y odio.
Ariel Aníbal Monterrubianesi tiene 51 años, es Comunicador Visual y ejerce la docencia. Es integrante y fundante de Guepardxs, un grupo universitario para la acción y reflexión de disidencias sexuales de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales (FHyCS) de la Universidad Nacional de Jujuy (UNju), hoy conocemos parte de su transitar y de sus años de lucha.
Al respecto de la sanción de la Ley Matrimonio Igualitario, Ariel consideró a la misma como una normativa absolutamente necesaria, que además funcionó como una especie de disparador para otras legislaciones que respondieron a derechos que hasta ese momento eran negados como ser la Ley de Identidad de Género y la modificación de la Ley de Adopción.
Imagen de archivo/Marcha del Orgullo/28 de junio de 2019.
Con respecto a la legislación y más allá del impacto favorable en materia de derechos humanos, Ariel, afirmó que las leyes no transforman cabezas considerando esta situación como una problemática social imperante, la misma se refleja en la discriminación, actos de odio y violencias hacia el colectivo disidente.
Por otro lado se recuerda militando por la Ley de Matrimonio Igualitario cuando esta fue sancionada, recuerda que ese día en la Legislatura de la provincia se dieron cita dos grupos con peticiones contrapuestas, entre quienes bregaban por equiparar derechos y quienes se oponían a esta sanción.
El comunicador y docente entre risas recuerda una anécdota personal ya que en el año 2013: se casó y relata el episodio de cuando dio el “sí, quiero”, lo comparte porque a pesar de que la ley ya estaba en vigencia hacia 3 años y se podían solicitar turno para la concreción matrimonial civil entre personas del mismo sexo, todo lo administrativo no estaba modificado: la libreta, los formularios y los certificados respondían a la construcción binaria, los usos de los términos Don y Doña en sus papeles legales le pareció algo insólito.
Al cierre a la historia, mencionó que su matrimonio duró 1 año, quizás 1 año y medio y así como la ley permite el matrimonio entre dos personas del mismo sexo también contempla la aplicación de la Ley de Divorció.
Para finalizar puntualizó en que las leyes no son las que cambian el pensamiento de una sociedad y la construcción social que ésta hace en su conjunto, Ariel, considera la importancia de la formación y el abordaje integral en temáticas de género y disidencias, reflexiona además sobre cómo se plantean estos temas en los espacios públicos y privados teniendo en cuenta la necesidad de motivar el conocimiento y reconocimiento de la diversidad existente.