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¿Salud o elecciones? El país pone un freno, pero en Jujuy gana la ambición

El último viernes anunciaron la postergación de las PASO para el 12 de septiembre y las generales para el 14 de noviembre debido a la situación sanitaria del país. Un acuerdo que logró la adhesión tanto del oficialismo como de la oposición ante un panorama delicado en el territorio nacional. Mientras tanto en Jujuy, no hubo repercusiones al respecto y el gobernador junto a sus ministros continúan con una costosa e injustificada campaña.

  • Mientras el país acuerda la postergación de las elecciones a raíz de la pandemia, Jujuy mantiene su postura.
  • Pese a ser la provincia con el índice más alto de letalidad en lo que al virus respecta, la ambición política sigue siendo prioridad.

El viernes, el ministro del Interior, Wado De Pedro, y el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, se reunieron con los jefes de bancada de los distintos bloques de la oposición para avanzar en la postergación del calendario electoral, a partir de una adecuada evaluación de los riesgos que implica un proceso eleccionario en plena pandemia. Una vez acordada la decisión informaron el cambio de fecha de las PASO para el 12 de septiembre y las generales para el 14 de noviembre.

Con una clausula cerrojo para que la postergación sea una cuestión extraordinaria irrepetible, la pandemia cobró relevancia en la agenda electoral del país.

En Jujuy, sin embargo, la historia es otra. Aquí la campaña no se detuvo en ningún momento y los comicios se llevarán a cabo en junio tal y como se había anunciado. Mientras el foco del oficialismo está puesto en consolidar el poder a cualquier costo, los problemas se agudizan día a día: hambre, desempleo, inseguridad, bajos salarios, la lista es larga.

El gobierno vuelve a pecar de indolente e inexperto y, pese al correcto análisis que hacen las vecinas provincias y Nación sobre la necesidad de postergar los comicios, irresponsablemente le pide a la ciudadanía que se exponga en plena segunda ola de contagios.

Sorprende que siendo Jujuy la provincia que presenta el mayor índice de letalidad no sean sus autoridades las primeras en tomar los recaudos para proteger a la población. Es que este índice no hace otra cosa que reflejar el estado de vulnerabilidad y la fuerte desinversión que presenta hoy el sistema de salud de la provincia.

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A la par del costo sanitario se ubica el costo económico, estimado en casi mil millones de pesos. ¿No podría destinarse a reforzar la organización sanitaria o a mejorar los hospitales? En los hospitales hoy siguen faltando los elementos de protección personal y en los Centros de Atención Primaria de Salud los insumos.

Es evidente que el gobierno, a diferencia de las demás provincias, tiene como prioridad la elección. Siendo Jujuy, la provincia que peor manejó la situación epidemiológica el pasado año, preocupa que a estas alturas no se haya emitido ningún comunicado respecto a la decisión nacional de postergar las elecciones.

¿Qué garantías en materia de seguridad sanitaria puede este gobierno ofrecerle a los potenciales electores si no ha sido capaz, en todo este tiempo, de que las escuelas tengan los elementos de higiene básicos para cuidar a nuestros chicos? En el Jujuy de Morales, claramente, la ambición política se impone al bienestar ciudadano.

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