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Estado ineficiente

En un plan de desarrollo es indispensable contar con recursos humanos honestos, no se vería plasmado en el Gobierno actual en la provincia.

Desde la conducción del estado no vemos incentivos para que los funcionarios militen la honestidad. El desafío es enorme pero no está la voluntad política ya que el poder se enfoca en otras prioridades: los negocios. Pero para que se consoliden los negocios hay que neutralizar los mecanismos de control, de modo tal que las políticas públicas se ejecutan en zonas liberadas funcionales a la corrupción.

Es importante entonces ir hacia una arquitectura del estado administrada por gente común el famoso empoderamiento de la gente del que venimos hablando desde hace tiempo y que tiene fortaleza para rechazar las tentaciones a cometer irregularidades. La indiscreción y la burocracia son funcionales a los hechos de corrupción dentro del estado situación que hoy ha hecho metástasis y no veo a nadie intentar meter mano en esta situación.

Desde hace 40 años la metodología que aplica la política es nombrar una fenomenal cantidad de recursos humanos dentro del estado sin ningún interés en capacitarlos para que lo administre. Es una enorme irresponsabilidad por parte de las autoridades, porque este error de sentido común produce el siguiente resultado: Estado con servicios ineficientes que lo financia toda la sociedad entonces me pregunto ¿Cuál es el negocio?

Esta tragedia atenta contra la ineficiencia y transparencia del estado. Lo que se necesita para resolver parte del problema es empoderar más a la gente y efectivizar los mecanismos de control. Ahora esto es posible o simplificaría aún más las cosas con una justicia fortalecida e independiente situación que hoy no existe ya que los tres poderes del estado están usurpados por Gerardo Morales.

Al no priorizar el mérito se fortalece dos elementos muy comunes: la desidia y la ineptitud. En términos financieros provocan más daños que la corrupción. Son muchos los temas a resolver sin embargo no se resuelven porque a "rio revuelto ganancia de pescadores".

La subordinación y el orden dentro del Estado son como una suerte de guardia pretoriana de la complicidad y solo responden a los intereses de un señor y a un grupo reducido que conforman las elites del Estado, nunca al interés general.

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