Protesta porque su consumo es lo menos abultado de la factura; lo más significativo son los impuestos de todo tipo que trae la misma, y espera que la decisión nacional de no permitir el cobro de tasas junto a servicios aliviane un poco su carga.
En pocos meses, pasó de pagar $ 10.000 a abonar $ 38.000, cobra la mínima, y no cesa de repetir “no nos alcanza, no podemos afrontar esos gastos”. No se considera rebelde ni pretende no abonar lo que debe, pero no puede hacerlo; “o pagamos y no podemos comer ni comprar medicación”.
Exhortó a diputados, concejales, gobernador y funcionarios, a repensar el panorama, considerando la seria situación que atraviesan los jubilados y trabajadores estatales, municipales, provinciales y nacionales, y trabajadores privados.
Apuntó a las regalías por explotación de litio y las mineras que operan en Jujuy; “en vez de sacarle a un jubilado, un docente, un enfermero, que les saquen a las mineras, al litio. En Buenos Aires recién se acercan a estos aumentos. Se quejan por pagar $ 45.000 y acá se superan los $ 100.000. Siempre todo es más caro en Jujuy porque los diputados y concejales que tenemos están porque están, no les importa nada”.