El nacimiento ocurrió en la ciudad de Bharatpur, en el estado de Rajasthan. La beba llegó al mundo con la peculiaridad genética de tener siete dedos en cada mano y seis en cada pie. Sus padres, que son primerizos, creen que la recién nacida es la reencarnación de una diosa indú llamada Dholagarh Devi, cuyo templo se encuentra cerca del lugar donde fue el parto.
Los medios locales afirmaron que Sarju Devi, la mamá de la nena, considera el nacimiento de su hija como un “regalo divino”. Su hermano, contó: “Mi hermana alumbró a una beba que tiene 26 dedos y consideramos que es la reencarnación de Dholagarh Devi. Estamos muy felices”. A su vez, su padre, que es agente de la Policía Central de Reserva, dijo que concuerda con su esposa.
A pesar de las creencias de su familia, los médicos lo consideran como una anomalía poco común. El Dr. BS Soni, especialista donde nació la beba, explicó que está sana y que el tener 26 dedos no afectará la salud de la pequeña. Lo denominó como una anomalía genética.
La mejor manera de calmar el llanto de los bebés, según la ciencia
Ver a un niño llorar puede provocar angustia y desesperación, pero ahora un reciente estudio japonés, publicado en la revista Current Biology, podría traer la fórmula científica para tranquilizar y dormir a los bebés cuando lloran.
En la publicación se destaca la importancia del movimiento para tranquilizar el llanto de los lactantes, al igual que el papel de caminar en brazos con los bebés para poder calmarlos, siendo esta la forma más efectiva para lograr apaciguar su llanto en un tiempo corto.
Para analizar cómo calmar el llanto de los bebés, se estudiaron a 21 lactantes de hasta 7 meses de edad. El estudio se elaboró a partir de 32 sesiones en las que se monitoreó a los pequeños mediante electrocardiogramas y cámaras de vídeo para registrar sus expresiones y movimientos.
Los investigadores compararon cuatro métodos: pasear con los bebés en brazos, permanecer sentados mientras los cogían, dejarlos en una cuna estática y utilizar una cuna mecedora. El primer y el último método conseguían calmarlos, lo que sugiere que no es suficiente sostener a los niños, sino que estos necesitan movimiento.