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En el Gobierno hay preocupación por la inestabilidad económica que genera la crisis política de la pareja presidencial

En el Frente de Todos advierten que las grietas internas y la falta de acuerdos claros sobre el rumbo económico perjudican el desembarco de Silvina Batakis en el ministerio de Economía.

  • El clima en el peronismo está enrarecido.
  • Hay dos motivos que se conjugan y que pueden producir una explicación.

La inflación galopante está generando remarcación de precios y aumentos desproporcionados, mientras que la cúpula de poder del Gobierno está rota y la conducción política de Alberto Fernández es cada vez más débil.

La renuncia de Martín Guzmán el último sábado fue un golpe muy duro para el Presidente. Lo debilitó, lo obligó a encerrarse en un esquema más chico de poder y a negociar con Cristina Kirchner el arribo de un nuevo ministro de Economía, respaldado por el kirchnerismo.

Hasta el domingo de las negociaciones finales, el Presidente no quería hablar con la Vicepresidenta. Pero quedó atrapado en una crisis política de alta magnitud. No tenía demasiadas opciones. O empoderada a Sergio Massa, dándole la Jefatura de Gabinete, el ministerio de Economía, la AFIP y el Banco Central, que fue lo que le pidió, o pactaba un nombre con Cristina Kirchner, con la que llevaba cuatro meses sin hablarse.

Fernández eligió la segunda opción y dejó en el camino la posibilidad de llevar adelante una renovación del Gabinete que le permitiera salir más airoso de la crisis y no caer en un espiral de incertidumbre en donde el futuro de Silvina Batakis y de su plan de acción en Economía están íntimamente atado a la fortaleza o debilidad del final de su gestión.

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El escenario económico es preocupante. El riesgo país sube todas las semanas, el dólar blue llegó a ofrecerse a $280 el día que asumió Batakis y se posicionó en$ 255 en las últimas horas, con una brecha cambiaria que superó el 100%; en lo que va de julio el Banco Central ya tuvo que vender USD 558 millones de sus reservas y el número de la inflación de junio se estima que pasará el 5%.

A todo eso se sumaron remarcaciones de más del 20%, aumentos preventivos que muchos comerciantes aplicaron para cubrirse de un salto inflacionario, además de una perdida de precios de referencias en los comercios y entre los proveedores. Incertidumbre absoluta en pleno desembarco de la nueva ministra de Economía.

La crisis política es grave. Por eso hay que ser responsables. Y lo que hizo Guzmán, la forma en la que se fue, fue irresponsable. Fue un golpe duro para Alberto”, reconoció un importante funcionario nacional. La salida de Guzmán perforó las expectativas del Gobierno y el poder presidencial. Fue una salida intempestiva, aunque Fernández sabía que era posible que sucediera.

Un importante dirigente social de unas de las organizaciones más populosas se mostró preocupado por la situación política y el impacto que está generando en las bases. “En la gente hay malestar, incertidumbre. Hay que ver hasta dónde escala. Pero lo real es que hoy el quilombo está más arriba que abajo”, enfatizó.

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La hipótesis que surge es siempre la misma. Si el Presidente y la Vicepresidenta no logran un acuerdo, no hay ordenamiento de la política hacia abajo, no hay certeza real de dónde está el poder de gobierno y las variables económicas se desajustan más de lo que ya están. Entonces, la gente tiene su propio proceso de desgaste, harta de las discusiones palaciegas y la depreciación de su salario.

En las diferentes terminales del Frente de Todos están preocupados porque la crisis en la relación entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner está lejos de solucionarse. No alcanza con la cena del último lunes en la Quinta de Olivos para poder cambiar la dirección del Gobierno. Sobre todo porque, pese a haber sido un gesto de acercamiento, no hubo acuerdos sobre el rumbo de la economía.

Por eso no es extraño que este miércoles, cuando se conoció que la Vicepresidenta volvería hablar en un acto el próximo viernes, en las entrañas del Gobierno renació la incertidumbre sobre el impacto de sus palabras. Algunos dirigentes cercanos a Fernández sienten que cada vez que ella habla, el desgaste sobre la imagen presidencial se profundiza.

En definitiva, lo que diga Cristina Kirchner el viernes en El Calafate marcará el lugar en donde quedará parado el Gobierno en este tiempo complejo. Si respalda a Batakis en público o si vuelve a criticar la gestión de Fernández, expondrán si existe o no la posibilidad de una tregua real que tape la relación fracturada que interpretan.

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El sábado será el turno del Presidente. Viajará a Tucumán para conmemorar el día de la Independencia y encabezará un acto en el que estará acompañado por el Jefe de Gabinete, Juan Manzur, y el gobernador tucumano, Osvaldo Jaldo. A diferencia de la semana pasada, Fernández tendrá la última palabra en el duelo de declaraciones que vienen teniendo.

Después de las idas y vueltas del último domingo, en algunos sectores del Frente de Todos advierten que, en el medio del espeso clima económico, sería importante realizar un cambio más profundo de Gabinete. Que no alcanza con la llegada de Batakis, que tiene por delante un difícil camino y que busca contención política en la figura de su ex jefe y actual ministro de Producción, Daniel Scioli.

La crisis es tan profunda que en algunas oficinas del Gobierno empezaron a surgir los fantasmas de un posible adelantamiento de elecciones como consecuencia de la debilidad del Presidente. Hipótesis que se sostienen por la profundidad de la grietas que dividen al gobierno nacional y el temor de un quiebre, sin retorno, de la alianza política.

Por eso Fernando “Chino” Navarro, hombre de confianza del Presidente y líder del Movimiento Evita, el único sostén de poder uniforme que le queda a Fernández, se encargó de acallar esos rumores peligrosos. “Alberto no va a renunciar porque es un tipo que tiene valor”, sentenció. En tiempos de crisis las versiones de pasillos se multiplican y generan una bola de nieve de la que no se sabe el nivel de daños que puede producir.

No hay un proyecto de poder y hay dificultades para reconstruir el poder del Gobierno. Cristina lo va a seguir limando, no lo va a dejar en paz. Lo único que le interesa es proteger su capital político. Nos va a llevar al desastre”, advirtió un albertista puro, preocupado por la situación actual. Tiempo de subsistencia compleja es el que enfrenta la coalición de gobierno.

FUENTE: Infobae

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