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Confirmaron en Estados Unidos el primer caso de la cepa británica de COVID-19

La detección tuvo lugar en el estado de Colorado. Autoridades sanitarias habían advertido que la variante probablemente ya circulaba en el país norteamericano.

  • El caso se detectó en Colorado.
  • Se trata de un hombre de entre 20 y 30 años.
  • En Chile ya se registró un caso.

Autoridades sanitarias del estado de Colorado, en Estados Unidos, confirmaron este martes el primer caso de COVID-19 producto de la nueva y más contagiosa variante del virus originada en el Reino Unido.

El paciente es un hombre de entre 20 y 30 años que no viajó en el pasado cercano, lo que sugiere que la cepa ya circula en el país. La cierta posibilidad ya había sido anticipada por las autoridades sanitarias, entre ellas el principal epidemiólogo del gobierno, Anthony Fauci, quien la semana pasada indicó que debía asumirse que ese era el caso.

“Ciertamente no es la cepa dominante, pero no me sorprendería que ya estuviera aquí”, dijo en una entrevista. Lo mismo habían indicado funcionarios de los Centros de Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), que citaron a los constantes viajes entre Estados Unidos y el Reino Unido como razón para llegar a esa conclusión.

En un comunicado sobre la noticia, el gobernador de Colorado Jared Polis dijo que las autoridades “están trabajando para prevenir el avance del virus y contenerlo en todos sus niveles”. Y aseguró que los contactos de la persona infectada ya están siendo rastreados.

La cepa, que expertos estiman es hasta un 70 por ciento más contagiosa que la “original” pero no comprobaron que sea más letal, ha trascendido las fronteras del Reino Unido hace semanas y ya ha sido detectada en distintos continentes. De hecho, este mismo martes autoridades chilenas anunciaron que también habían confirmado un caso dentro de su territorio.

En ese caso se trata de una mujer que estuvo en Londres y llegó a Chile en un vuelo de la aerolínea comercial Iberia procedente de Madrid el 21 de diciembre. Al día siguiente abordó una aerolínea local y viajó a Temuco, 700 kilómetros al sur de Santiago.

También se detectaron casos en países europeos como España y Francia y asiáticos como Japón, Singapur e India. Además, autoridades de Alemania afirmaron que la cepa ya estaba presente en el país en noviembre.

Pese a no estar confirmado si tiene o no una mayor tasa de letalidad, la mayor transmisibilidad del virus amenaza con poner en jaque la infraestructura sanitaria de las naciones donde está presente. El Reino Unido, de hecho, registró este martes un nuevo récord de infecciones -más de 53.000 casos- y más de 2.300 hospitalizaciones.

Los servicios hospitalarios están “muy, muy cargados”, declaró el martes Matthew Kershaw, responsable de un hospital en Croydon, al sur de Londres, hablando en la BBC de un “momento difícil”. Esta variante es “responsable de una gran parte de las infecciones detectadas en el sur de Inglaterra”, subrayó.

Estados Unidos, por su parte, reportó que por primera vez la cantidad de hospitalizaciones fue superior a 121.000. La cifra incluye 22.592 pacientes en cuidados intensivos. “Un aumento continuo podría poner a los hospitales abrumados en la posición de tener que racionar la atención”, dijo el analista médico de CNN, Jonathan Reiner.

El país norteamericano es además la nación más golpeada por la pandemia en términos nominales. Hacia la tarde del martes registra casi 19,5 millones de casos positivos y 337.210 muertes.

Los fuertes incrementos en los casos tienen lugar en simultáneo al inicio de las campañas de vacunación en varios países, Estados Unidos y el Reino Unido entre ellos. Los representantes de los principales laboratorios han indicado que es altamente probable que sus inoculantes también funcionen contra la nueva variante de la enfermedad.

“Por todo lo que sabemos hasta el momento, y tras las discusiones que han tenido lugar entre expertos de las autoridades europeas”, la nueva variante del virus “no tiene ningún impacto en las vacunas” que siguen siendo “igual de eficaces”, dijo el ministro de Salud alemán, Jens Spahn, a la cadena televisiva pública ZDF.

Más allá de ello, las farmacéuticas han comenzado a realizar los análisis pertinentes para confirmar la hipótesis. Y el CEO de BioNTech dijo que aún si este no fuera el caso, “podríamos ser capaces de proporcionar una nueva vacuna técnicamente en seis semanas”. En ese caso, los reguladores tendrían que volver a pronunciarse para aprobar la actualización del compuesto.

Fuente: Infobae

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