Las cifras del mercado laboral muestran aún grandes desafíos estructurales en Argentina: así como el desempleo sube, el salario cae y la tasa de informalidad laboral afecta a cerca de 9 millones de trabajadores, lo que equivale al 42% de los ocupados. Este fenómeno impacta directamente en las condiciones laborales, así como también en los haberes y el acceso a derechos básicos como la seguridad social.
Empleo: la informalidad afecta ya a más del 40% de los trabajadores del país
La precariedad involucra a unos 8,8 millones de empleados, fenómeno que impacta directamente en las condiciones laborales, los haberes y el acceso a derechos básicos. Provincias de la región NOA son las de mayores índices.
Sobre un total de 21,1 millones de personas ocupadas, 8,8 millones trabajan sin estar registradas. De ellas, 5,5 millones son asalariadas sin aportes y 3,3 millones son trabajadores independientes no inscriptos en monotributo o autónomos, según surge del último informe de análisis de la informalidad de Argendata.
La probabilidad de tener un empleo informal varía según el tipo de ocupación: entre los asalariados, el 36% no está registrado. En el caso de los trabajadores independientes, la cifra asciende al 57%. Dentro de ese universo, la informalidad alcanza al 62% de los cuentapropistas pero baja a menos del 20% entre los patrones, es decir, dueños de pequeñas empresas.
Agro, gastronomía, servicio doméstico y construcción: los sectores con más informalidad
Entre los rubros con mayor informalidad se destacan el agro, la gastronomía, el servicio doméstico y la construcción, donde la proporción supera el 60%; mientras que en actividades como petróleo, minería o finanzas es prácticamente inexistente, por debajo del 15%. En tanto, la informalidad en el sector público es de las más baja con menos del 10%, mientras que en el sector privado es de casi el 50%, con fuertes diferencias internas según la rama de actividad.
Las provincias del Norte Grande concentran los mayores niveles de informalidad asalariada. En Salta, Santiago del Estero y Tucumán, más de la mitad de los trabajadores no posee aportes. Por el contrario, las provincias patagónicas y la Ciudad de Buenos Aires registran los menores niveles de informalidad: en Tierra del Fuego y Santa Cruz, por ejemplo, tienen cifras inferiores al 20%.
La desigualdad entre las diferentes provincias se vincula al desarrollo económico y la estructura productiva de cada una. Las del norte además de tener un bajo PBI per cápita, poseen pocas empresas por habitante y una alta concentración en actividades como el agro, mientras que las patagónicas tienen fuerte presencia de grandes industrias que emplean de manera formal y exigen lo mismo a sus proveedores.