Sí, la producción agropecuaria puede tener un gran impacto en las pequeñas economías, tanto a nivel local como nacional.
Eximición de impuestos a pequeños productores
La producción agropecuaria tiene impactos positivos como negativos en las pequeñas economías, dependiendo de factores como la calidad de los productos, la competencia y las condiciones climáticas.
En primer lugar, la producción agropecuaria genera empleo en las zonas rurales, lo que contribuye al desarrollo económico de estas áreas y reduce la migración a las ciudades.
Además, los agricultores y productores locales venden sus productos en el mercado local, lo que estimula el comercio y la actividad económica en la zona. Es una fuente importante de divisas para la economía de un país.
Si un país es capaz de producir y exportar productos agrícolas de alta calidad, puede genera ingresos significativos a través de las exportaciones y mejorar su balanza comercial.
Sin embargo, la producción agropecuaria también puede presentar desafíos para las pequeñas economías.
Por ejemplo, los agricultores y productores locales deben enfrentar competencia de productores extranjeros que producen a menor costo. Además, las condiciones climáticas adversas o los desastres naturales tienen un gran impacto en la producción y los ingresos de los agricultores locales.
El rol del Estado debe ser absolutamente facilitador y una de las cosas que puede hacer el Estado es no cobrar impuestos a los pequeños productores.
Esto genera un beneficio importante. El no cobrar impuestos a pequeños productores, especialmente en países en desarrollo donde la agricultura es una actividad económica importante, produce un estímulo a la producción, ya que al no cobrar impuestos, los pequeños productores pueden invertir más en su producción, lo que puede aumentar la elaboración de alimentos y otros productos. Esto puede llevar a una mayor disponibilidad de alimentos y a la reducción de los precios para los consumidores.
Los pequeños productores suelen ser pobres y dependen de la agricultura para su subsistencia. Al no cobrar impuestos, se reduce la carga financiera que deben soportar, lo que les permite mejorar su nivel de vida y reducir la pobreza en general.
Los pequeños productores suelen vivir en áreas rurales, y al no cobrar impuestos, se les da un incentivo para seguir viviendo y produciendo en el campo, lo que ayuda a mantener una economía rural y a fomentar el desarrollo de esas zonas.
Si se cobran impuestos a los pequeños productores, es posible que muchos de ellos no estén dispuestos a registrarse y formalizar su actividad. Al no cobrar impuestos, se les da un incentivo para formalizarse, lo que puede mejorar su acceso al crédito y otros recursos.
Cuando un Estado apoya a grandes productores en desmedro de los pequeños productores, hay una serie de consecuencias negativas tanto para los pequeños productores como para la economía en general.
Por ejemplo, la desigualdad económica. La ayuda del Estado a los grandes productores genera una mayor concentración de la riqueza y aumenta la brecha entre los grandes y pequeños productores.
Los grandes productores pueden tener ventajas competitivas debido a su tamaño y capacidad de obtener mejores precios y condiciones de producción. Esto puede provocar que los pequeños productores no puedan competir en igualdad de condiciones.
El apoyo del Estado a los grandes productores también conduce a la producción masiva de un solo tipo de producto, lo que puede disminuir la diversidad de oferta en el mercado y afectar a los consumidores que buscan variedad.
Los grandes productores a menudo emplean prácticas de producción intensiva que tiene impactos negativos en el medio ambiente, como la deforestación, la contaminación y el agotamiento de recursos naturales.
La preferencia del estado por los grandes productores puede llevar a la eliminación de pequeñas empresas y la pérdida de empleos en la comunidad.
En general, el apoyo del Estado a los grandes productores en detrimento de los pequeños productores puede tener un impacto negativo en la economía, el medio ambiente y la sociedad en general. Es importante que el estado tenga en cuenta los intereses de todos los productores y trabaje para crear políticas que fomenten la competencia justa y la sostenibilidad económica y ambiental.
El municipio bonaerense de Magdalena resolvió eximir al sector rural del pago de más de 160 millones de pesos, como medida de apoyo a los productores.
Es una medida que alcanza universalmente a toda la población, entendiendo que la producción agropecuaria parte de lo produce alcanza a la economía urbana.
El dinero condonado es reinvertido por los productores a la producción, en algunos casos para que la perdida no sea tan fuerte y en otros, para reactivar si empieza a llover y recobramos los índices de lluvia que en Magdalena están en un 30 por ciento anuales.
Gonzalo Peluso, intendente de Magdalena entendió que la solución es la eximición, porque la suspensión es patear el problema para adelante y la reducción no termina dando una solución de fondo.