El Cuerpo de Peritos Contables de la Corte Suprema envió al juez Jorge Gorini el monto final que deberán devolver Cristina Kirchner y los otros ocho condenados en el caso Vialidad. La cifra de base era de 86.085.463.548,25 pesos, determinada como el perjuicio ocasionado por la maniobra de corrupción. Ahora, se determinó que los nueve condenados deberán responder por $ 684.990.350.139,86.
Cristina Kirchner y los otros condenados deberán devolver más de US$ 500 millones
Los peritos de la Corte Suprema le enviaron al juez Jorge Gorini la cifra actualizada que los culpables de la Causa Vialidad deberán restituirle al Estado. Tienen un plazo de 10 días para hacer el depósito.
Son unos 537 millones de dólares al cambio de este viernes.
“Se trata de un grave hecho de corrupción sin precedentes, cometido desde la primera línea del Estado Nacional”, se escribió en el fallo que en segunda instancia, confirmó la condena contra Cristina Kirchner por administración fraudulenta en perjuicio del Estado.
El daño ocasionado se estimó en ese momento en 85.000 millones de pesos, cifra ahora actualizada por la que los condenados deberán responder solidariamente. El cálculo inicial lo realizó el Tribunal Oral Federal 2 (TOF 2) cuando firmó la sentencia condenatoria el 6 de diciembre de 2022, y fue clave para determinar la gravedad del hecho, y en consecuencia explicaciones del pedido de decomiso.
Según la sentencia confirmada por la Corte, Cristina Kirchner fue responsable de haber priorizado el interés particular por encima del resguardo de los bienes del Estado. Encabezó, se sostuvo en el fallo, una maquinaria de corrupción que generó un perjuicio multimillonario a la sociedad en su conjunto.
En el caso se analizaron los 51 procesos licitatorios a través de los cuales Lázaro Báez fue adjudicatario del 86% de las obras viales que desde 2003 a 2015 el Estado nacional financió en la provincia de Santa Cruz.
El agravante es que el Grupo Austral cobró sobreprecios del 64% y la mitad de las rutas intervenidas quedaron abandonadas pese a que los contratos se pagaron.
Los jueces entendieron que era un beneficio imposible de cuantificar para quienes lo usufructuan -sobre todo con el paso del tiempo-, de “indole claramente financiero y cuya existencia resulta, a todas luces, incontrovertible. La contracara, y que aqui nos interesa resaltar, es que el Estado Nacional precisamente renunciaba a ese beneficio totalmente intangible e incuantificable y se lo transferia a un empresario privado”.
Estos beneficios indebidos que recibió Báez, “cuya traducción en un monto dinerario determinado resultó imposible de medir”, expresaron los jueces, “no deben soslayarse, ya que su consideración resulta indispensable para comprender la extensión del daño causado”.