Se reúnen los días lunes en el Dispositivo Territorial Comunitario de Alto Comedero, desde las 16 horas; mientras que cada viernes se reencuentran en barrio Alberdi, desde las 16.
La iniciativa es llevada adelante por Susana Cardozo, titular de la Asociación "Unidos por la Salud" quien habló sobre el trabajo que realizan frente a este flagelo.
Según relataron las madres, hay chicos de entre 12 y 13 años perdidos en la droga. Pidieron celeridad en las internaciones de las víctimas.
Relató que recientemente se integró al grupo una madre de barrio Alto Comedero, quien manifestó que desconocía que había un lugar para hablar sobre las problemáticas de consumo de su hijo. “Escuchar que diga aquí me siento bien, puedo hablar, nos ayuda a seguir luchando con esto”, dijo Cardozo.
Por otro lado, se encuentra la Casa Amigable destinado a los chicos en situación de calle, funciona los días miércoles en barrio Alberdi desde las 9 horas. “Estamos luchando y trabajando, viendo que alguien nos dé una mano, yo llevo 20 años haciendo las cosas a pulmón y con la colaboración de gente que mensualmente se arrima con algo. Mi hija también me colabora con unos pesos porque le gusta lo que hacemos. Nunca trabajé políticamente, quisiera que alguien repare en este trabajo que no es para Susana Cardozo, sino para los chicos", recalcó la referente de la ONG.
Para comunicarse con Asociación Unidos por la Salud, llamar al número 3884-143-027.
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Aceptar que un hijo consume y pedir ayuda
Nélida Bayón es madre de un joven adicto de la ciudad de Perico, relató que se sumó al grupo porque tiene esperanzas de que algún día su hijo podrá salir adelante. "Vamos a aprender a golpear puertas porque muchas veces están cerradas, hay muchos protocolos para internar a un chico, ellos son inestables en sus emociones un día dicen que sí, otro día que no. Pedimos que nos ayuden porque son chicos que después terminan en situación de calle".
Relató que en reiteradas ocasiones, en la ciudad periqueña, buscó ayuda porque su hijo quería internarse voluntariamente pero que desafortunadamente no pudo. "Era mucho protocolo, le pedían que llene una ficha y hasta que se conseguía la aceptación de Arroyabe, ellos ya no querían", indicó.
Por último puso de relieve que en la mencionada ciudad pudo ver a muchos chicos de entre 12 y 13 años de edad que son asistidos por psicólogos pero que al cabo de un tiempo vuelven a caer en el consumo.
Hay madres que no aceptan que sus hijos son adictos. Hay madres que no aceptan que sus hijos son adictos.