El 13 de diciembre, a tres días de la asunción de Javier Milei, se aplicó una suba en los combustibles del 37%. Luego en enero subió otro 26%, y en febrero otro 6,5%, que incluyó una actualización impositiva. Estos aumentos, sumados de forma acumulativa representaron una suba cercana al 80%, lo que se tradujo en una fuerte caída del consumo que los estacioneros de Jujuy estimaron en un 20%.
Y es que, en el arranque del año, el litro de combustible superaba los $600 pesos; luego en enero pasó a $779 y en febrero a $829, continuando sucesivamente con incrementos escalonados mes a mes.
El impacto económico que esto generó en las familias jujeñas se sintió en las estaciones de servicios que, si bien lograron sostenerse en el tiempo, hasta el momento no pudieron recuperar los volúmenes de venta que manejaban anteriormente.
Así lo indico Silvia Ficoseco, integrante de la Cámara de Expendedores de Combustibles de Jujuy, quien explicó que desde fines del año pasado “cuando se dieron estos aumentos grandes del combustible hubo una caída fuerte del consumo que se sintió en las estaciones de servicio. Después, con las subas progresivas que se fueron dando mensualmente, es como que la gente se acomodó a esa diferencia de precios y cada vez que hay aumentos ya no se nota una baja tan marcada en el consumo”.
Estimó que esto tiene que ver con que los aumentos mensuales del combustible también van a de la mano de la inflación, “lo que hace que la gente ya esté acostumbrada a asumir las subas”.
Consideró que la caída del 20% no se profundizó, pero se mantuvo durante todo el año y hasta ahora no se logró recuperar los volúmenes de venta. “Desde aquella baja que se dio a fin de 2023, no volvió a subir el consumo lo que resintió a las estaciones de servicio; no llegó a haber cierres de expendedoras porque se están sosteniendo, pero lo cierto es que la gente se cuida más a la hora de usar su vehículo”.