- Desde que inició el conflicto por tierras en Caspalá, residentes de la localidad aseguran sentirse temerosos, reprimidos y castigados.
- Muchos de ellos se niegan a salir de sus hogares y otros fueron despedidos de sus trabajos por oponerse al gobierno.
Vecinos de Caspalá se sienten temerosos, reprimidos y castigados
Los lugareños acusan que desde que comenzó la expropiación de tierras están asustados y fueron castigados por defender las mismas.
Ramona Cruz es la esposa de Pablo Cruz, cuyas tierras en Caspalá fueron expropiadas por el gobierno provincial; es una de las pocas personas que se decidió a hablar de lo que sienten los vecinos de esa localidad en la actualidad, después de que el gobierno, a pesar de sus pedidos, decidió continuar con las obras de una cancha de fútbol y un establecimiento educativo en la localidad.
Lo único que detuvo el avance de las obras de Morales fue el hallazgo de restos arqueológicos en el lugar; algunos consideran que se trata de estructuras hispánicas; otros, que datan de mucho tiempo atrás, pero más allá de los años que tengan, por ahora parecen ser lo único que silenciará a las topadoras. Ese estruendo, el de los deseos del gobierno que concretaron cuadrillas de policías, operarios y máquinas, silenció a los pobladores de Caspalá.
“La gente tiene miedo, están reprimidos, asustados y dañados psicológicamente. Fueron denunciados, despedidos del trabajo y no quieren salir de su casa”, dijo Cruz.
15 policías custodian las máquinas para las obras de infraestructura; la guardia se cambia todos los miércoles, nunca se reduce la cantidad, y se mantiene la intimidación que sienten los vecinos.
“No se retiran del predio, dicen que nos retiremos, que no nos podemos acercar”, marcó Cruz, quien aseguró que, aunque vaya a Caspalá, no dialogarían con Gerardo Morales, porque quiere quitarles tierras que pertenecieron a sus ancestros para darles terrenos minúsculos donde no podrán criar ganado o sembrar verduras y hortalizas.