Lo único que detuvo el avance de las obras de Morales fue el hallazgo de restos arqueológicos en el lugar; algunos consideran que se trata de estructuras hispánicas; otros, que datan de mucho tiempo atrás, pero más allá de los años que tengan, por ahora parecen ser lo único que silenciará a las topadoras. Ese estruendo, el de los deseos del gobierno que concretaron cuadrillas de policías, operarios y máquinas, silenció a los pobladores de Caspalá.
“La gente tiene miedo, están reprimidos, asustados y dañados psicológicamente. Fueron denunciados, despedidos del trabajo y no quieren salir de su casa”, dijo Cruz.
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Fotografía: captura de video de marcha en Caspalá
15 policías custodian las máquinas para las obras de infraestructura; la guardia se cambia todos los miércoles, nunca se reduce la cantidad, y se mantiene la intimidación que sienten los vecinos.
“No se retiran del predio, dicen que nos retiremos, que no nos podemos acercar”, marcó Cruz, quien aseguró que, aunque vaya a Caspalá, no dialogarían con Gerardo Morales, porque quiere quitarles tierras que pertenecieron a sus ancestros para darles terrenos minúsculos donde no podrán criar ganado o sembrar verduras y hortalizas.
Sigue el conflicto en Caspalá: vecinos desolados por el avance del gobierno