La localidad rural del departamento Palpalá se encuentra desprovista de servicios como el desmalezado y la recolección. Los trabajos de repavimentación llegaron hasta la Escuela Agrotécnica dejando la cinta asfáltica del resto de la Ruta Provincial N° 56 en las mismas condiciones históricas de deterioro.
Los modernos edificios aún en construcción de la Escuela N° 22 “República de Bolivia” y Escuela Rural N° 4, ambas en la localidad de Carahunco, poseen un extraño contraste frente a la jungla que se forma alrededor del cercado perimetral.
Casi escondido entre la maleza se encuentra el puesto de salud junto al Salón de Usos Múltiples que desde hace algún tiempo cumple funciones como escuela provisoria, del polideportivo que allí está emplazado queda muy poco, no ha recibido mantenimiento adecuado, el aro de basket cuelga del tablero, los aparatos de calistenia fueron tapados por el yuyeral. Los niños no pueden acercarse sin riesgo a ser picados por mosquitos u otro tipo de bichos y alimañas.
La destrozada Ruta Provincial N° 56 que une Carahunco con Palpalá y La Mendieta tampoco hace juego con el costoso edificio escolar tasado en más de $160.000.000. El Plan de Repavimentación anunciado por el gobierno de Carlos Sadir no tiene programado hasta el momento una mejora del pavimento a pesar de las promesas hechas por su antecesor e incluso el ministro de Infraestructura Carlos Stanic.
“La ruta no se puede caminar desbordan los yuyos, la entrada del barrio no tiene mantenimiento y cuando llueve hasta las casas llegan a inundarse… Los vecinos hablaron con la secretaria del intendente pedimos una audiencia pero el único contacto que tenemos es en tiempo de elecciones cuando vienen a buscar el voto… se olvidan de nosotros”, explica Rosa, una vecina del barrio La Cabaña, esperando que el mismo trabajo de renovación de carpeta asfáltica realizado entre la RP N° 21 hasta las cercanías de Centro Forestal se repita campo adentro.
Pero las urgencias no se limitan únicamente a la traza vial y la abundante maleza, aunque los contribuyentes han cumplido con el pago de las tasas municipales, el servicio de recolección brilla por su ausencia desde hace más de 45 días.
El contenedor del antes mencionado CAPS desborda de basura, convirtiéndose en una especie de sesto comunitario. Los vecinos que no encuentran forma de deshacerse de los residuos terminan arrojándolos en ese lugar, generando un incipiente foco infecciosa a metros del único lugar de la localidad destinado a la atención médica.
