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Kicillof, el otro gran derrotado

La debacle electoral ­­­­—esa que constantemente busca minimizar el ministro Aníbal Fernández— se llevó puesto al hombre de confianza del gobernador Axel Kicillof: Carlos Bianco.

Carlos Bianco quedó de todas formas prendido al presupuesto bonaerense: fue nombrado jefe de asesores, y mantiene a su cargo una estructura burocrática propia. Su última gestión como jefe de Gabinete provocó un escándalo: se le atribuye nada más y nada menos que ser el autor de la ahora fracasada maniobra de quitarle, a Mar del Plata, la final de los Juegos Bonaerenses.

Desde la primera edición durante el gobierno de Eduardo Duhalde, la ciudad siempre fue el gran punto de encuentro para la culminación de este evento siempre envuelto en controversias. Existen sospechas alrededor de los contratos para los servicios de gastronomía y hotelería, y fuertes críticas al respecto de la calidad lamentable del servicio de transporte que las diferentes comunas contrataban para trasladar a los participantes, muchas veces en micros escolares que estaban en pésimas condiciones.

Volviendo a Bianco, el hombre del Clío había pergeñado una maniobra que sólo puede ser interpretada como un acto de venganza en contra de esa Mar del Plata siempre esquiva al peronismo: fraccionar los juegos bonaerenses y distribuirlos en 16 comunas, 15 de las cuales son gobernadas por el PJ. El escándalo ha sido mayúsculo y provocó que en apenas horas —lo que revela el escaso poder que retiene la gobernación de Kicillof—, la medida sea revertida y se confirme la realización de las finales en la ciudad gobernada por Guillermo Montenegro.

El gobernador bonaerense —ausente de la escena pública luego de la PASO— debió ceder ministerios a los intendentes del conurbano con los cuales no comulga, por ser éstos cercanos a Máximo Kirchner. Es de público conocimiento la tirria particular que el hijo de la vicepresidenta de la nación le tiene a Bianco.

Sin embargo, en la primera reunión que se celebró luego de los cambios en el Gabinete de la provincia de Buenos Aires, quien se sentó a la derecha del gobernador, en un claro mensaje de que nada cambió realmente, y que éste sigue siendo su hombre de máxima confianza, fue Bianco. La mesa está servida para una interna interminable.

Sin embargo, la verdadera dimensión del juego de poder en la provincia de Buenos Aires se está por ver a través de lo que pase en el Instituto de Lotería y Casinos al frente del cual fue designado de manera formal Carlos Galdurralde en 2019. No obstante, siempre fue Carlos Bianco quien manejó las riendas, ganándose el desprecio tanto de gremios como de empresas concesionarias de bingos. Si Galdurralde, que es afín al sector político que encabeza Martín Insaurralde, se revela y se empodera a partir de la semana próxima, esa será una señal clara de cuánto poder tiene el hoy licenciado intendente de San Martín.

De todas formas, de cara a noviembre, las decisiones en materia de distribución del poder en la provincia de Buenos Aires no parecen demostrar un cambio de paradigma que permita obtener un resultado distinto al de las PASO, lo que llevaría a que la legislatura quede en manos de la oposición, con amplia mayoría en ambas cámaras. El interrogante es cómo llegar a 2023 con ese escenario.

FUENTE: MDZ

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