Mucho es lo que se ha dicho y escrito con respecto a los argentinos y ese culto que solemos hacer de la amistad. Y para muestra basta, por ejemplo, la celebración del Día del Amigo, una jornada ligada a un acontecimiento histórico internacional, la llegada del hombre a la luna, que se hizo carne en nuestro país por iniciativa del odontólogo y filósofo argentino Enrique Ernesto Febbraro, para luego trascender fronteras y consolidarse en todo el mundo.
Ocho de cada diez argentinos tienen amigos en el trabajo: por qué mejora el rendimiento, según los expertos
Especialistas destacan que estos lazos mejoran el clima, fortalecen la colaboración y ayudan a retener talento en las empresas.
Pero lo que sorprende, sobre todo, es cómo este culto a la amistad parece atravesar todos los ámbitos y hacerse fuerte, incluso, en un escenario como el laboral. Al menos así surge de una encuesta realizada por Randstad, la compañía de talento líder a nivel global, que incluyó a 4051 personas con y sin empleo de Argentina, Chile y Uruguay y de la que surge que la mayoría de los argentinos valora los vínculos de amistad en el trabajo, y el 81 por ciento confirma tener amigos surgidos del ámbito laboral. Además, el 79% de los consultados cree que es posible establecer vínculos de amistad en el trabajo.
La mayoría de nosotros pasamos la mayor parte del tiempo de nuestra vida adulta en el ámbito laboral, por lo que no resulta extraño que los lazos que allí se generen tengan un valor central en nuestra vida cotidiana, y más aún, que sea en esos mismos ámbitos donde surjan los vínculos de amistad que vayan a marcar el devenir de buena parte de nuestra vida adulta. Esta tendencia alcanza también muy fuertemente a los millennials y centennials, que al incorporarse al mundo del trabajo derribaron la frontera tradicional entre lo profesional y lo personal que construyeron las generaciones precedentes, en general más reacias a estrechar abiertamente vínculos de amistad en la oficina.
La amistad como base del compañerismo y la colaboración
Ahora bien, ¿es posible generar lazos de amistad en un ámbito que a veces suele ser de colaboración, pero en ocasiones, tornarse competitivo? ¿Cuáles son los beneficios de compartir amistad y trabajo? ¿Están las empresas preparadas para propiciar estas relaciones a pesar de las jerarquías?
“Desde un punto de vista psicológico, generar vínculos de amistad en el trabajo hace muy bien, porque contribuye a que uno se sienta más cómodo, tenga más ganas y pueda trabajar mejor y en equipo”, sostiene Beatriz Goldberg, Licenciada en Psicología (MN: 6235), no sin antes hacer un paréntesis y dejar en claro que no todas las relaciones de amistad que se generen en este ámbito serán igual de sólidas, profundas, duraderas o trascendentales.
“Existen amistades que trascienden el ámbito laboral, que se mantienen aún después de que uno deja de trabajar en el mismo lugar, y también hay amistades con las que compartimos el trabajo y a las que no se les puede confiar absolutamente todo, porque eso puede traer problemas. Pero lo interesante, más allá de esas particularidades, es lograr un clima de buena onda, de equilibrio, de colaboración, teniendo presente que cada uno tiene su lugar y es parte de un engranaje”, afirma.
En línea con este concepto, Analía Tarasiewicz, psicóloga del trabajo y autora del libro “Cuando el trabajo duele”, by Método Tarasiewicz, esgrime que “en el trabajo no hace falta hacer amigos de por vida, pero sí construir lazos de compañerismo que te hagan la vida laboral más llevadera y humana”.
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“El concepto amigos en ocasiones genera presiones o expectativas que no siempre se cumplen. Lo que sí es fundamental es contar con buenos compañeros, personas con las que haya respeto, confianza básica y posibilidad de colaboración. Eso es lo que realmente mejora el clima y el rendimiento: saber que no estás solo, que podés apoyarte en otros, aunque después cada uno tenga su vida personal fuera de la oficina”, agrega. En síntesis: “La amistad puede o no surgir, pero lo importante es que se garantice un entorno donde exista camaradería y se fomente la cooperación real y profunda” que sin duda tendrá un impacto en el bienestar individual, y por supuesto, colectivo dentro de las organizaciones.
Algo de esto es lo que parecen haber detectado buena parte de quienes tienen hoy la responsabilidad de liderar compañías, detectar y retener talentos. Incluso, muchos de ellos “tienen cada vez más claro que el clima laboral y los vínculos que se generan en el trabajo son un factor clave para la motivación y la retención del talento”, indica Andrea Ávila, CEO de Randstad para Argentina, Chile y Uruguay.
En este contexto, son muchas las empresas que han comenzado a impulsar actividades que, “más allá de lo estrictamente laboral, están pensadas para favorecer el encuentro, la integración y el desarrollo de lazos de confianza y amistad”, agrega.
Vínculos que mejoran el clima laboral
“Festejos de cumpleaños, after office, días de campo, family day o celebraciones de fechas especiales como el Día de la Primavera o del Amigo son algunas de las actividades que impulsan actualmente algunas empresas con el objeto de favorecer las relaciones interpersonales de sus talentos, y que se combinan con competencias deportivas, visitas de los hijos a la oficina o actividades solidarias y de voluntariado, con otras más vinculadas a lo laboral como capacitaciones, convenciones de ventas, reuniones de equipos o lanzamiento de proyectos”, enumera Ávila
Y agrega, “estos pequeños gestos pueden marcar una gran diferencia en el día a día. Las empresas que entienden el valor de estas instancias fortalecen la cohesión de sus equipos y construyen culturas laborales más humanas y atractivas”.
En definitiva, se trata de pensar instancias que prioricen el encuentro cara a cara, porque es en esos espacios donde se consolidan los vínculos, se transmite la cultura organizacional y se fortalecen los valores compartidos que sostienen a toda empresa.
Tarasiewicz, en tanto, hace hincapié en la importancia de generar “actividades que favorezcan la conexión humana. Almuerzos, pausas activas, charlas informales, proyectos colaborativos que inviten a cruzar miradas y talentos en pos de objetivos comunes, y liderazgos cercanos que habiliten un clima de confianza”.
A esto se sumaron, en los últimos años, programas de referidos en los procesos de reclutamiento de personal. Básicamente, “consisten en convocar abiertamente a postulantes recomendados por empleados actuales, lo que permite acceder a candidatos que, en muchos casos, comparten afinidad con la cultura y los valores de la compañía, lo que se traduce en un mejor match cultural”, explica Avila.
Más allá de su objetivo principal, que es atraer talentos calificados con afinidad cultural, este tipo de programas ayudan a reforzar los lazos dentro de la organización y generar un sentido de comunidad y pertenencia. Casi nada, o casi todo, si tenemos en cuenta que el trabajo representa hoy, cumple un rol central y constitutivo de buena parte de la población adulta.