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Comprar carne se volvió un lujo para los jubilados que ganan la mínima

Quienes cobran la jubilación mínima aseguran que los primeros días del mes ya no tienen dinero para vivir. Los que mejor situación tienen son aquellos que reciben la ayuda de sus hijos. Los alimentos básicos son considerados un lujo y ya se siente el "recorte" en medicamentos.

“¿Carne?, no, no. Hace bastante que no pruebo, a no ser que alguien me invite. Está demasiado cara y verdad es que la plata no alcanza. Hoy muchas cosas parecen un lujo para nosotros los jubilados”, dice Noemí (73) mientras sostiene una pequeña bolsa de compras para cocinar algo para su almuerzo. Al igual que la gran mayoría de los adultos mayores que viven en su barrio, ubicado en Godoy Cruz, ella asegura que su día a día se volvió más complejo.

Lo que cobra en función de su jubilación mínima, a Noemí se le escabulle ni bien paga el alquiler, los impuestos básicos y la tarjeta de crédito que el mes anterior utilizó como único medio para pagar las compras del súper. “Es poco lo que me queda para comprar remedios, pan, frutas, leche, verduras y huevos”, expresa con angustia la mujer que de joven supo se una excelente diseñadora gráfica. Dedicó su vida al trabajo y no tuvo hijos. Hoy vive sola.

En un contexto donde el aumento de los precios en productos de primera necesidad parece una constante, los testimonios de los adultos mayores que viven de su jubilación se hacen escuchar entre quejas, reclamos y necesidades no satisfechas. Todo en suma, da cuenta de que las personas que hoy atraviesan su vejez, se ven sometidas a situaciones de profunda angustia, impotencia y malestar; sentimientos en los que la economía hogareña no juega un papel menor.

Así, ese “engranaje” que décadas atrás supo formar parte de la matriz productiva del país, hoy no queda al margen de la población más vulnerable que junto a la infancia sufre de manera profunda la actual crisis económica. Quienes tienen aún su pareja y que también cobra una jubilación, tampoco viven demasiado holgados y es común escuchar que si no fuese por la ayuda que reciben por parte de sus hijos e hijas, no podrían sobrevivir.

En las filas de los supermercados, ya hay una postal común: la compra de los jubilados más pobres no suele superar uno o dos alimentos (por lo general fideos, arroz o polenta), una bandeja pequeña de carne (ranchos de pollo o alguna de las achuras más económicas) y alguna que otra bebida económica.

Lo cierto es que los ingresos para quienes cobran la jubilación mínima (que es de 29.061 pesos), el dinero se termina durante los diez primeros días del mes. El resto, es un “vivir al día” y de hecho, algunos hacen “changas” para juntar algunos pesos extra.

Aquellos que conviven con enfermedades crónicas o discapacidad se llevan la peor parte. En los comercios la percepción de la baja capacidad de compra de la población más envejecida tampoco queda fuera de los comentarios: “La mayoría de los clientes más grandes, si antes compraban medio kilo de milanesas de pollo, ahora llevan de a una o dos, en el mejor de los casos”, asegura la dueña de una despensa ubicada en Barrio Parque. En la farmacia, la percepción es similar. “Se nota cómo van dejando de tomar algunos remedios o de comprar cosas anexas si no se los cubre el Pami”, detalla una vendedora.

Según los datos del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social Argentina, en el país hay 6 millones 200 mil personas beneficiarias de prestaciones previsionales. De ese total, más del 90% corresponde a prestaciones otorgadas por el Sistema Integrado Previsional Argentino.

Mientras que los que menos cobran obtienen 29.061 pesos por mes (muy por detrás del sueldo mínimo para no ser pobre), el haber máximo es de 195.140 pesos para una población escasa. En tanto que la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM) es de 23.249 pesos.

Dinero que no alcanza

Lo cierto es que para buena parte de los adultos mayores, la inflación, no pasa desapercibida. “Si no fuese porque nuestros hijos nos ayudan con algo de dinero, o podríamos vivir”, destaca después de comprar algunos remedios Daniela Ambrosi (67). En su caso, se dedicó a las tareas hogareñas; de crianza y cuidado de sus cuatro hijos. “Siempre fui ama de casa, por eso tengo la jubilación mínima. Mi esposo fue empleado estatal y cobra un poquito mejor pero así y todo, entre las dos jubilaciones no nos alcanza. Pagamos los impuestos y hacemos compras básicas y así y todo no nos cierra la cuenta final”, se queja la mujer y aclara que por ejemplo, si antes la familia de daba el gusto de compartir un asado cada una semana, hoy eso con suerte es posible lograrlo una vez al mes. Para aquellos jubilados cuyos ingresos llegan a superar los 40 mil pesos, la situación también es compleja, sobre todo para los que no cuentan con casa propia. "No tengo la mínima pero así y todo hay cosas en las que me tengo que restringir. En cada cosa que hago estoy calculando cuánto voy a gastar", asegura un ex empleado bancario cuyo nombre prefirió preservar.

Jubilación “poco digna”

El Observatorio Humanitario de la Cruz Roja Argentina (a través de la aplicación de las herramientas de Big Data), ofrece un panorama a cerca del clima anímico que generan los bajos ingresos entre la población más longeva. De acuerdo al Informe denominado “Percepciones y valoraciones que circulan en el espacio virtual”, realizado entre mayo y junio de 2021, el organismo acercó una impresión a cerca de cómo atraviesan los adultos mayores las problemáticas actuales de coyuntura. Se incluyó opiniones vertidas por más de 5 mil personas de la tercera edad.

En ese sentido, el acceso a una jubilación digna no fue un punto exceptuado. En general, las personas expresaron concebir a las jubilaciones como insuficientes. Y expusieron la necesidad de que sean “dignas”. “Se menciona la situación de personas jubiladas buscando trabajo o incluso trabajando en espacios públicos, viéndose expuestas al virus covid-19 y a hechos de inseguridad. En ocasiones esta situación de vulnerabilidad es interpretada como violencia económica”, dice el informe de la Cruz Roja Argentina, que a través de tecnología de avanzada hace un recuento de los comentarios emitidos por los usuarios de redes sociales.

FUENTE: MDZ

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