En el caso de Cristina, debe viajar los domingos y regresar los miércoles, con la incertidumbre de saber “si seguirá con vida”. Una clara muestra del deplorable servicio que recibe se presentó el pasado lunes a la madrugada, cuando la “trafic” en la que debía viajar se averió y dejó varado a los maestros. Y pese a los reclamos que efectuaron a los responsables, Matías González y Martín Visuara, recibieron una respuesta lamentable que ni siquiera les generó calma y seguridad.
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“Los días domingos yo viajo en una trafic que tiene los vidrios pegados con cintex, que la parte de atrás tiene un plástico y no un vidrio, tengo que ir agarrando la ventana porque si no se abre y me muero de frío”, contó la docente, y recordó que antes la empresa llevaba a los docentes a los domicilios, pero por orden de Visuara ahora hace dos paradas: una en la escuela y otra cuando los retiran.
Debemos ir caminando a nuestros hogares. Muchos de los docentes llevamos abrigos, ropa, mercadería, cosa que nos encargan los chicos, entonces tenemos que caminar con todas esas cosas a nuestro hogar. La verdad es que la estamos pasando mal. Debemos ir caminando a nuestros hogares. Muchos de los docentes llevamos abrigos, ropa, mercadería, cosa que nos encargan los chicos, entonces tenemos que caminar con todas esas cosas a nuestro hogar. La verdad es que la estamos pasando mal.
Pese a todas las peripecias a las que se ven expuestos los trabajadores de la educación, semanas atrás Cristina junto a una encargada del gremio que nuclea a los maestros solicitó de forma presencial a los encargados del transporte que se les brinde mejores condiciones, y que además los docentes puedan llegar sanos y salvos hasta el domicilio.
Hasta la fecha no tengo respuesta, al parecer se molestan cuando uno hace el reclamo, incluso la primera vez nos recibieron muy amorosamente con la promesa de que mejoraría la situación, pero sentí que fue solo de palabra, nunca actuaron con nosotros. Hasta la fecha no tengo respuesta, al parecer se molestan cuando uno hace el reclamo, incluso la primera vez nos recibieron muy amorosamente con la promesa de que mejoraría la situación, pero sentí que fue solo de palabra, nunca actuaron con nosotros.
¿Otra alternativa de transporte? ninguna, respondió Cristina exponiendo que “no nos queda otra”, porque es la única empresa que accede a realizar el traslado de los docentes. Lo cierto es que la vocación de Cristina siempre fue la de enseñar, pero con el afán de sobrevivir.
Este es uno de los tantos indignantes testimonios de docentes que deben ir a enseñar pero con el miedo de saber si regresarán sanos y salvos.
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