Titulado “Desagregación provincial del Valor Agregado Bruto en la Argentina, base 2004”, como reza su nombre analiza este componente del Producto Bruto Geográfico durante los últimos 18 años, con el fin de actualizar la base de datos que se encontraba profundamente rezagada, desde que Indec realizara un aporte similar pero mucho menos abarcativo.
Para la ocasión se requirieron datos de las distintas direcciones provinciales de estadísticas (en nuestro caso Dipec), se entrecruzaron los datos y elaboraron herramientas de medición uniformes, habida cuenta que el método variaba entre jurisdicciones. La planilla final exhibe 52 ramas de actividad, junto con los “precios básicos expresados en millones de pesos”, información cuyo objetivo será tanto académico como orientativo para el mercado.
Es importante recordar que el VAB es una componente o célula del Producto Bruto Interno, indica la producción total de bienes y servicios en este caso de las provincias sin tener en cuenta, por ejemplo el impuesto al valor agregado, es decir solo el valor añadido en la cadena productiva-comercial. Por consiguiente ambos índices macroeconómicos presentan contenido es similar pero expresado en distintas escalas. A su vez son un espejo de la productividad y a grosso modo una valoración de la potencialidad.
CEPAL dispone el archivo de manera pública en su sitio oficial, con una breve descripción donde se detalla la ecuación utilizada, así como las fuentes consultadas y el equipo de colaboradores, pero es en el Excel adjunto donde el Valor Agregado Bruto se percibe en toda su dimensión. Por caso desde 2004 hasta 2021 incrementó 39,04% pasando de 412.427 millones de pesos a 573.456 millones aunque con caídas periódicas, la más significativa de un 10% en 2020 probablemente consecuencia de la pandemia que obligó a retroceder hasta niveles vistos casi once años antes.
¿Cómo fue el aporte de Jujuy? En general positivamente sostenido, de hecho en las últimas dos décadas el VAB creció por encima del 60% incluso por encima de la media nacional. Pero he aquí la importancia de analizarlo según injerencia de la administración política de turno, para ello tomaremos períodos de cuatro años a sabiendas que en el lapso propuesto por CEPAL/Ministerio de Economía hubo 12 años de gerenciamiento justicialista y 6 años radical.
Entre 2004 - 2007 cuando Eduardo Fellner desempeñaba su segundo mandato como gobernador electo el VAB incrementó de manera ininterrumpida hasta 21,18% antes de quedar en manos de su correligionario Walter Barrionuevo. El siguiente cuatrienio presenta una depresión idéntica al resto de la Nación en 2009, pero finaliza de manera positiva 14,62% y tras el retorno del fellnerismo habría otro incremento en la producción de bienes-servicios de 5,95% comenzando al año siguiente un profundo cambio de prioridades según sector de actividad económica, a la postre cumpliéndose la premisa por reformar la matriz productiva pero ¿De la magnitud promocionada por Gerardo Morales? A continuación una captura del reporte, exclusivamente del apartado Jujuy, para ver el archivo completo hacer click aquí.
Entre los rubros que se depreciaron se encuentran: agricultura, ganadería, extracción de madera, carbón, petróleo, tabaco, textiles, fabricación de prendas, producción de químicos, plásticos, aparatos eléctricos, enseñanza pública y servicios culturales y deportivos.
Entre aquellos que evolucionaron considerablemente: extracción de minerales metalíferos, fabricación de papel y derivados, productos minerales no metálicos, elaborados de metal excluyendo maquinaria, reparación e instalación de maquinarias, generación de energía eléctrica, captación y depuración de agua, construcción, restaurantes y bares, transporte, comunicaciones, propiedad de la vivienda, administración pública y defensa, enseñanza privada, salud privada, eliminación de desperdicios y aguas residuales, asociaciones.
Al cuantificar el Valor Agregado Bruto jujeño en los últimos seis años (hasta allí llega el análisis) porcentualmente no se avizora un crecimiento de la envergadura augurada: siendo 3,19% para el primer mandato radical, seguida de una profunda caída con la pandemia 2020 como principal atenuante de -9,19% y culminando con un repunte de 12,54% al año siguiente. En conclusión desde el punto de partida hasta la derrota justicialista hubo un ascenso del VAB casi ininterrumpido de 57,81% y desde el recambio político a 2021 solo un 1,6%.