Para muchos referentes sociales, hay muchos factores que inciden sobre la presencialidad escolar; Noemí Bejarano, referente de Biblioteca Niños Pájaros, considera que la pobreza está directamente relacionada a ella.
“Tenemos una realidad muy compleja en el barrio; se vienen muchos actos, fiestas, y para muchas personas, muchos estudiantes, está siendo traumático porque requieren de recursos para un disfraz, alimentos para compartir. Se siente la necesidad de contar con dinero, el apoyo de la familia, una escuela que le brinde cobertura. A los chicos que van a la escuela primaria, los días festivos sus familiares deciden no mandarlos, porque no pueden cumplir con el pedido que se hace dentro de las actividades escolares. En nuestros espacios tenemos que compensar esas falencias y organizar un festejo del Día del niño o del Estudiante para compensar y que no sientan la soledad que sienten”.
“En nuestras clases de apoyo te cuentan contentos que tendrán una fiesta y tienen que disfrazarse o ayudar en la comida y la ornamentación, y cuando les preguntamos cómo les fue, dicen que faltaron”.
“Los padres mandan los chicos a la escuela porque hay mucha esperanza en asistir, todavía hay respeto hacia la institución escolar, que se tenga que cumplir un horario, prepararse para ir. Hay algunas escuelas que tienen un solo turno tienen la posibilidad de tener un comedor, y hay diferencia con respecto a otras donde no se da ese tipo de alimentación. Los chicos salen con el tupper o vuelven con él después de la escuela, llevando la comida que les dan. Eso también ayuda a las familias, que saben que los niños comerán algo”.
“En invierno, los chicos de Alto Comedero tienen muchas enfermedades respiratorias, que son motivo de ausencia. Otra es la ropa. Es verdad que hay familias en las que se tienen que prestar el calzado o abrigos. También es un condicionamiento que, para (cobrar) la Asignación Familiar tengan que tener la asistencia”.
“La deserción escolar está directamente relacionada a la pobreza. Si bien existe una obligación moral de querer estudiar, progresar, se ve mucha deserción, sobre todo en el nivel Secundario y en el Terciario. Se comienza con una matrícula gruesa en el nivel primario y va descendiendo en el Secundario y el Terciario. Dependiendo de la carreram por año se reciben entre 1 y 5 personas. En un aula de universidad, los primeros días hay más de 1.000 personas. Es triste ver cómo se abandonan los estudios”.
