La actividad comercial se dispara tanto en las grandes cadenas de retail, como en comercios de cercanía y el siempre pujante e-commerce, en gran parte debido a la inyección de dinero a través del Sueldo Anual Complementario (medio aguinaldo percibido en el caso de trabajadores formales y beneficiarios de prestaciones ANSES) ocasionalmente el pago de bonos navideños o instrumentos similares. La imposibilidad de ahorro convencional también se vuelca al consumo, sin olvidar la agitación publicitaria que producen bancos y otros actores protagónicos de las cadenas de consumo.
Tal como ocurre con la Canasta Básica Total (CBT) que releva el Indec mensualmente, la versión navideña también funciona como un parámetro económico digno de análisis. Por ejemplo en términos nominales, el indicador que establece la línea de pobreza aumentó 185,72% en la comparación interanual de octubre, pasando de $363.174,83 para una familia de cinco integrantes hasta los actuales $1.037.671,70.
En el caso de los productos básicos que conforman la canasta navideña, si bien la variación fue menor, continúa por encima del registro inflacionario 2024 que hasta el momento llegó a 107% según el organismo nacional. Los registros periodísticos locales muestran que "una caja estándar" de 10 productos costaba hace un año cerca de $7.000 mientras que actualmente se consigue a $16.000 aproximadamente, en otras palabras: 128,57% de incremento.
Yendo más atrás en el tiempo la tendencia pasa a convertirse en una fija para la familia jujeña, siendo que en 2022 los mismos artículos sumaban $4500 y todavía en época de pandemia alcanzaba un precio total de $1.200. Al comparar la variación entre 2021 respecto de la actualidad el precio del combo navideño creció 14 veces, siguiendo la variación inflacionaria que se estima fue de 1283% para los últimos cuatro años.
El caso de la carne, específicamente del asado, es otro cantar. Ya que siguiendo los lineamientos del mercado, donde se llegó a tocar el piso histórico de consumo per cápita durante el año, la recesión obligó a los frigoríficos a mantener los precios a raya con la intención de impedir una caída mayor del consumo. La Bolsa de Comercio de Rosario afirmó que “el consumo anual por habitante promedio en 2024 será de sólo 44,8 kg. muy por debajo del promedio histórico de 72,9 kg”.
Luego de un fuerte incremento en el precio por kilo en los albores de la gestión Milei, cuando dio un salto repentino hasta los $6.500 osciló con entre subas y bajas intermitentes hasta rondar los $8.500 en carnicerías de Jujuy. Pero llegado el último bimestre, ocurrió la espera y tan temida recuperación de precios con un salto de 12% y un anticipo del sector ganadero de otro 10% antes de las fiestas para ubicar gran parte de los cortes en torno a los $10.000 por kilogramo. El lechón otro alimento típico de estación estaría sufriendo incluso aumentos más pronunciados en relación al novillo, llegando al 50% conforme diciembre se aproxima.