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25 de mayo: Mujeres que construyeron la Patria

Aristocráticas, campesinas, indígenas, artistas, periodistas, entre tantas otras, dejaron una huella imborrable en la historia argentina, con ideas y hechos, pero que de forma deliberada no aparecieron en los relatos de la historiografía oficial. Más tarde que temprano, sabemos que estas mujeres fueron un pilar en la configuración de la Argentina naciente, no detrás de los grandes hombres de la época, sino como protagonistas con propia voz.

  • En la conmemoración de los 211 años de la Revolución de Mayo de 1810 recordamos los nombres de algunas de las mujeres que bregaron por la independencia y la libertad de la Nación.
  • Invisibilizadas por el relato histórico oficial y patriarcal, las mujeres también lucharon por sus ideas y propuestas, en búsqueda de una patria más justa e igualitaria.
  • Muchos de los nombres de estas revolucionarias comenzaron a darse a conocer, mediante el trabajo exhaustivo historiográfico , otros nombres han quedado en el total anonimato.

La Revolución de Mayo y la Declaración de la Independencia en Argentina, son procesos completamente relacionados entre sí, son momentos históricos sumamente importantes en nuestra historia provincial y nacional. Aunque poco se hable de las mujeres de esa época, tuvieron un rol fundamental. Hubo mujeres, con nombres y apellidos que conocemos y otros que no, que fueron idealistas, que protagonizaron la Revolución del 25 de Mayo de 1810, la Guerra y la Declaración de la Independencia. Ellas buscaban, con esos hechos, la libertad de las mujeres y la igualdad con respecto a los varones.

Todas, mediante diferentes profesiones, se ocuparon de dar un giro a la historia mediante pequeños pasos como luchar por la Revolución, alcanzar el derecho al voto femenino o luchar por las condiciones laborales y difundir una versión alternativa de la historia de nuestro país, que ellas mismas escribieron.

Invisibilizadas por el relato histórico oficial y patriarcal, las mujeres también lucharon por sus ideas y propuestas, bregando por una patria más justa e igualitaria; muchas de ellas fueron heroínas anónimas a otras las recordamos con nombre y apellido.

María Remedios del Valle “La Parda María”, una afrodescendiente, que lucho en las invasiones inglesas y tras la Revolución de Mayo auxilio al Ejército del Norte de Belgrano convirtiéndose en capitana, se la ha llamado la madre de la patria. En la actualidad más de 10 escuelas en el país llevan su nombre.

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Juana Azurduy, patriota del Alto Perú que luchó en las guerras de independencia hispanoamericanas por la emancipación del Virreinato del Río de la Plata contra la Monarquía española. Asumió la comandancia de las guerras que conformaron la luego denominada Republiqueta de La Laguna, por lo que su memoria es honrada en Argentina y en Bolivia. Participó en 1819 de un levantamiento que cuestionó el poder Virreinal y luego estuvo al frente de un gran ejercito miliciano, que contó con el protagonismo de indias, mestizas y criollas.

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Guadalupe Cuenca, las cartas que le escribió a su esposo, Mariano Moreno, dan cuenta no sólo del vínculo amoroso y del sufrimiento ante su ausencia, sino que dan testimonio de cómo las mujeres sabían de los movimientos y enfrentamientos políticos posteriores a la “revolución de mayo”.

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Macacha Güemes, una patriota salteña, que adhirió inmediatamente a la revolución y también fue parte de la gesta independentista. Cumplió tareas militares, organizativas y de espionaje junto a otras mujeres.

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Mariquita Sánchez de Thompson, con posición a favor de las revueltas y en búsqueda de la Revolución. La imagen, romantizada de la época, la muestran como anfitriona en su casa de reuniones para hombres, lo cierto que es esa lugar era un espacio político, donde tanto mujeres como varones estaban discutiendo temas teóricos, temas políticos, temas ideológicos. Es decir, se estaba debatiendo qué es lo que iba a ocurrir y cómo se iba a llevar adelante todo el proceso revolucionario.

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Casilda Igarzabal, líder política innata, alzó la voz en alto para dar inicio a la Revolución. Arriesgando su vida alojó al partido de la Independencia, una de las primeras sociedades secretas por la emancipación.

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Lo esencial a la hora de estudiar a las mujeres es dejar de lado la perspectiva de la esposa, la madre, la que debía permanecer en casa. Sólo así se puede llegar a una visión amplia de la heterogeneidad de mujeres que hubo tanto en esa como en cualquier otra época histórica. La Revolución de Mayo y la posterior liberación del yugo Español hubiese sido imposible sin la participación de estas y de otras mujeres, que hoy más que nunca reclaman su merecido lugar.

Fuentes:

www.cultura.gob.ar.

Textos de la historiadora María Gabriela Vásquez.

Textos "Mujeres Insolentes", Felipe Pigna.

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