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Padre, suegro y amuleto: Apaza y Lettoli tienen un apoyo especial para ser exitosos

Entre pedales, polvo y emoción, la cuarta fecha del Tucumano dejó historias que reflejan la fuerza con la que se vive el Mountain Bike.

  • En el mundo del Mountain Bike, el respaldo emocional muchas veces juega un papel tan importante como el entrenamiento.
  • Para los ciclistas Apaza y Lettoli, ese impulso extra viene de una figura que es padre, suegro y según ellos, su verdadero amuleto dentro y fuera del circuito.
  • La historia de vida de la pareja junto a Rubén.

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Si desde la última década César Lettoli y Agustina Apaza tienen una carrera exitosa en el Mountain Bike es porque está Rubén. “Es nuestro compañero de aventuras”, aseguró la jujeña. La ganadora en la general de damas en La Sala está en pareja con el jujeño, se conocieron por la bici de montaña y los dos coinciden en que el papá del corredor es lo que cierra un círculo de bienestar deportivo antes, durante y después de las carreras. “Lo que pasa es que a mí me gusta muchísimo el deporte y ellos aman el deporte. Entonces los veo tan unidos entre los dos por una misma actividad deportiva que yo también me entusiasmo”, reconoció. Él también practica ciclismo de montaña, llegó a correr el Trasmontaña con otro de sus hijos, también con César compartió varios entrenamientos.

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Foto: La Gaceta

Foto: La Gaceta

“Después conocimos a Agustina y me abandonó”, contó con tono bromista. En realidad, la irrupción en la vida de la familia de la dama potenció el Mountain Bike y los deportistas también potenciaron sus rendimientos, pero siempre con el acompañamiento de Rubén que los asiste cada fin de semana. “Fuimos a todas partes. Cuando no puedo ir a alguna carrera me pongo mal, lo sufro. Por eso estuve triste cuando no la pudimos acompañar en Brasil a Agustina”, recordó sobre el año 2010 en el que la jujeña ganó la corona mundial Master en la categoría 30-34 cuando la cita máxima se disputó en Camboriú.

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En la descripción que hace Rubén sobre hijo y nuera, se percibe que tienen mucho en común no solo en lo deportivo, también son compatibles de espíritu. “Siempre tuvieron ese poquito más que los demás. Tienen una constancia en el entrenamiento y sacrificio”, afirmó el hombre de 71 años de edad que dejó de competir hace tiempo. “Me gusta verlo desde afuera”, reconoció Lettoli padre.

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Con ese apoyo incondicional y en cada momento clave, ambos deportistas confían en que podrán seguir sumando éxitos, convencidos de que la fuerza familiar también se traduce en victorias.

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FUENTE: LA GACETA

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