Ambiente: Más burocracia, menos gestión
La falta de políticas claras, el crecimiento de los basurales en la provincia y los retrasos para poner en funcionamiento el proyecto de cabecera "GIRSU" evidencian un estancamiento de la gestión. Un abogado especialista en Derecho Ambiental habló del tema y apuntó contra el excesivo incremento de la planta de funcionarios en Ambiente.
Basura y contaminación siguen siendo un problema crónico en Jujuy y amenazan con poner fin a las aspiraciones del gobierno en materia turística.
Frente a este panorama, el gobierno se propuso crear un “Jujuy Verde” y de hecho la Legislatura sancionó el 8 de septiembre de 2016 la "Ley 5954" de la cual surgió el proyecto GIRSU. Una empresa estatal que prestaría servicio en cada municipio cobrando por el y que se presentaba como una revolución en materia de tratamiento de los residuos.
Más de dos años pasaron desde el anuncio de GIRSU, proyecto para el que el gobierno se endeudó inicialmente por una suma cercana a los 15 millones de dólares (a través de Nación con el Banco Interamericano de Desarrollo), y aún no se conoce mayor avance que alguna que otra campaña de concientización.
Recientemente, el Gobierno volvió a endeudarse con un crédito por 45 millones de dólares, a cargo del Banco Europeo de Inversiones (BEI), para las "siguientes etapas" con la construcción de centros de clasificación, transferencia y disposición final en las otras regiones de la provincia (Yungas, Quebrada y Puna), la compra de camiones compactadores con cajas volcadoras, un sistema de contenerización, herramientas y otros recursos.
No obstante, hay diputados de la oposición que aseguran que la deuda representa unos 120 millones de dólares.
En una entrevista que brindó al programa Sobremesa, Kevin Ballesty abogado especialista en Derecho Ambiental, fue contundente al afirmar que el ministerio no está a la altura del desafío. "Lo han demostrado porque hace tres años que vienen con esto. No hay una política clara y tampoco hay actividades coherentes", dijo.

Para el letrado no hay acciones concretas, sino más bien tareas aisladas que actúan como parches sobre otros parches.
"Los ha excedido la complejidad de la cuestión ambiental. Hay tareas de muy poca envergadura para semejante estructura", precisó.
Ballesty fue más allá de GIRSU y apuntó contra la burocracia misma del Ministerio de Medio Ambiente como el principal obstáculo para la erradicación de los basurales a cielo abierto. Esto sería consecuencia de una excesiva e injustificada incorporación de funcionarios ( algo que se replica en otros ministerios).
Las autorizaciones terminan quedando sujetas a distintas instancias que se van sumando con cada funcionario que se incorpora y así los temas se dilatan cada vez más.

En ese sentido, sostuvo que no se ven controles ni tampoco agentes de dicha cartera en las calles fiscalizando. La ausencia del Estado termina posibilitando esta contaminación.

