Poemas de Manuel Castilla
“…Un día estaré muerto, como tantos. Y mi nombre en tu vida, poco a poco será un eco lejano...” M.C.
Obra perteneciente a Mamaní Mamaní.
MANUEL CASTILLA
UN DÍA ESTARÉ MUERTO
“Un día estaré muerto. Será un día cualquiera, uno de tantos. Y mi nombre en tu vida, poco a poco, será un eco lejano. Se acabará mi vida en una siesta de oro, lo presiento. Y seré como un fósforo apagado o ni siquiera eso. Retornaré a la tierra. Quedará en tus miradas mi recuerdo. Y a pesar del olvido que cubrirá mi nombre, sin quererlo, en una tarde azul, has de rezar mis versos. Un día estaré muerto, como tantos. Y mi nombre en tu vida, poco a poco será un eco lejano...” M. C.
Palliri I ,1973, por Eduardo Ibáñez.
LA PALLIRI
Qué trabajo más simple que tiene la palliri.
Sentada sobre el cáliz de su propia pollera,
elige con los ojos unos trozos de roca
que despedaza a golpes de martillo en la tierra.
(Un silencio nocturno le trepa por las trenzas
y oscurece la arcilla de sus manos morenas.)
Qué inútil que sería decir que en sus miradas
hay un pozo de sombra y otro pozo de ausencia;
que pudo ser pastora de las nubes
y se quedó en minera,
que pudo hilar sus sueños por las cumbres
viendo bailar la rueca.
La palliri no canta
ni tampoco hila sueños.
La mirada en la tierra
y en la cabeza el cielo
de mañana y de tarde
busca sólo el silencio
y cuando está a su lado
lo quiebra contra el suelo.
Y no sabe que a ratos, entre sus brazos recios,
se le duerme el martillo como un niño de hierro.
De Copajira, 1949.
* *
COPAJIRA
La montaña, minero,
que siempre estuvo quieta
sigue ahora tus pasos
y tú no te das cuenta.
La copajira lima,
lima piedra por piedra
y queda, si te has ido,
comiéndose tu huella.
A veces, cuando duermes,
en noche alta se llega
y hace herrumbre de todo
el sueño que destrenzas.
La montaña camina
pero sin que la sientas.
Espuma de la herrumbre
la copajira, espera.
Nota: La palabra Copajira hace alusión al sulfato de cobre que corroe todo, pero también es el temor de que la montaña se apropie de la vida y de la voluntad del hombre.
* *
ESTA TIERRA ES HERMOSA
Esta tierra es hermosa.
Crece sobre mis ojos como una abierta claridad asombrada.
La nombro con las cosas que voy amando y que me duelen:
montañas pensativas, lunas que se alzan sobre el chaco
como una boca de horno de pan recién prendido,
yuchanes de leyenda
en donde duermen indios y ríos esplendentes,
gauchos envueltos en una gruesa cáscara de silencio
y bejucos volcando su azulina inocencia.
Todo eso quiero.
Y hablo de contrapuntos encrespados
y de lo que ellos paran virilmente sangrientos
cuando el vino en la muerte es un adiós morado.
Esta tierra es hermosa.
Déjenme que la alabe desbordado,
que la vaya cavando
de canto en canto turbio
y en semilla y semilla demorado.
Ocurre que me pasa que la pienso despacio
y que empieza a dolerme casi como un recuerdo,
y sin embargo triste la festejo.
Mato los colibríes que la elogian
como quien apagara los pétalos del aire,
hondeo como un niño ángeles y campanas
y cuando así, dolido, la desnudo.
cuando así la lastimo,
me crece, ay, una lágrima en la que apenas si me reconozco.
Digo que me la entrego.
Digo que si saber la voy amando,
y digo que me vaya perdonando
y en el perdón y en otro que le pido
digo que alegremente voy sangrando.
De Bajo las lentas nubes, 1963.