Dicho mapa, que fue propuesto para actualizar el que formalmente se encuentra vigente desde 1983, mostró que la zona norte y centro de Mendoza y el sur de San Juan son los territorios argentinos con mayores chances de sufrir terremotos ya que ambas provincias tienen áreas clasificadas como Zona 4, cuya peligrosidad sísmica se considera “muy elevada”. Por su parte, La Rioja, Tierra del Fuego, Salta y Jujuy tienen “Zonas 3″, donde la peligrosidad es “elevada” y el resto del país presenta índices de peligrosidad “moderados”, “reducidos” o “muy reducidos”.
De acuerdo a la vocera del INPRES, el nuevo mapa propuesto para reemplazar el de 1983 no presenta cambios drásticos con respecto a su antecesor, pero sí incluye una diferencia importante: hoy está en funcionamiento una red de monitoreo más amplia que antes, que incluye sensores en la Patagonia y en Buenos Aires que antes de 2015 no existían. “No han habido grandes cambios, pero ahora contamos con información que antes no teníamos disponible. Hoy podemos registrar sismos que antes no”, dijo.
La Red Nacional de Estaciones Sismológicas cuenta actualmente con 50 estaciones distribuidas en todo el país. De acuerdo a los datos publicados en el Manual, esta red se incrementa año a año con el objetivo de registrar la sismicidad en todo el territorio nacional.
Actividad sísmica en la Argentina
De acuerdo al INPRES, sismo y terremoto son sinónimos y representan el proceso físico de liberación súbita de energía de deformación acumulada en las rocas del interior de la Tierra, que se manifiesta por desplazamientos de bloques anteriormente fracturados. Una parte importante de la energía liberada en este proceso se propaga en forma de ondas sísmicas, las cuales son percibidas en la superficie de la Tierra como una vibración.
Al representar los epicentros de los sismos registrados en la Argentina, se observa que la mayor parte de la actividad sísmica se ha concentrado históricamente en la región centro-oeste y noroeste del país.
FUENTE: La Nación