El Gobierno de reformuló el sistema de subsidios al cine nacional mediante un nuevo decreto que introduce criterios de financiamiento más estrictos y enfocados en la audiencia, la rentabilidad y la calidad de las producciones.
Más motosierra al cine nacional: se subsidiará según el interés del público
Los aportes estatales serán “sobre el producido bruto de boletería con deducción de los impuestos que graven directamente al espectáculo”.
El Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), entidad autónoma dependiente de la Secretaría de Cultura del Ministerio de Capital Humano, será el organismo encargado de aplicar estas modificaciones que buscan, según se argumenta, aumentar la eficiencia en el uso de recursos públicos asignados al sector cinematográfico.
La modificación responde a una caída sostenida en la participación del cine nacional en el mercado. Datos recientes indican que, en la última década, la audiencia del cine argentino disminuyó considerablemente: en 2014, el cine nacional alcanzaba el 17,84% de los espectadores, mientras que en 2023 esta cifra cayó al 7,35%. De las 236 películas nacionales estrenadas con subsidios en 2023, solo cuatro superaron los 100.000 espectadores y, en el extremo opuesto, cuatro no lograron convocar a más de 20 personas, incluyendo una que solo tuvo cuatro asistentes.
El artículo 30 de la Ley de Fomento de la Actividad Cinematográfica Nacional N° 17.741 (t.o. 2001), ahora reglamentado, establece que los subsidios serán otorgados con base en la recaudación de boletería, luego de deducir impuestos directos al espectáculo. Según el nuevo esquema, las películas nacionales sin interés especial recibirán un 70% de lo recaudado en boletería hasta cubrir el costo de una producción media, mientras que las películas de interés especial percibirán un 100% bajo el mismo parámetro. Asimismo, se establecerán montos y topes máximos para las películas cuya exhibición comercial sea posterior al 24 de julio de 2024.
Este cambio se complementa con el artículo 31 del Decreto N° 662/24, que determina que el subsidio no podrá representar más del 50% del costo total de producción de una película. Además, ninguna producción podrá recibir más del 5% de los recursos anuales destinados a subsidios por el INCAA, independientemente del tipo de exhibición.
Con el objetivo de reducir los anticipos y mejorar el uso de fondos públicos, el decreto también prohíbe que el INCAA adelante pagos en concepto de subsidios. La liquidación de los subsidios dependerá del cumplimiento de requisitos como la acreditación de audiencia, tanto para las exhibiciones en salas cinematográficas como para otras formas de distribución.
El Poder Ejecutivo Nacional se reserva el derecho de ajustar los índices y porcentajes de los subsidios de manera anual, de acuerdo con las necesidades del mercado y los lineamientos de política pública.
Se fundamenta además que la medida se alinea con un enfoque de apoyo al cine nacional que prioriza la calidad y la recepción por parte del público, además de la sostenibilidad económica de los subsidios. De este modo, el INCAA implementará las normas reglamentarias necesarias para adaptar el sistema de subsidios.