“Si bien este viaje se enmascara como política ambiental, protocolar, creo que lo que se busca es salir a tomar deuda bajo la premisa de eventuales bonos de carbono o algo de dinero que pueda haber con alguna finalidad o tinte ambiental”.
Para Ballesty hay que tener varios aspectos en cuenta: para qué se tomó deuda, por qué fue necesario hacerlo en dólares o euros para gastos que se podían cubrir con moneda nacional, y dónde fue el dinero pedido.
Según el abogado, el Estado tiene las funciones de sector público pero también de privado, un Estado empresario con fallas e ineficiencia en la administración de recursos “que en este caso son de empresas estatales pero provienen del estado provincial, ya sea por la toma de deuda, subsidios o partidas presupuestarias. Años de errores se hicieron una bola de nieve imparable que, sumada a las crisis económicas de las gestión provincial y nacional, los obliga a salir a tomar deuda porque tienen que tapar agujeros viejos. A esta gestión la caracteriza la política de endeudamiento”.
"María Inés Zigarán viajó al exterior a tomar otra deuda"
Incoherencias
Por otro lado, Ballesty dijo que el Estado es incoherente en sus acciones ya que derrocha y gasta sin control, y achica gastos y es austero en cuestiones como servicios y salarios de empleados públicos.
“Que vaya o no la ministra de Ambiente a El Cairo es irrelevante para la política ambiental nacional, nación ya tiene funcionarios, delegados, agentes para enviar a El Cairo. El viaje de Zigarán es más una cuestión de necesidad de la provincia, de ver qué deuda se puede tomar en el extranjero”.
Pasivos ambientales
Por otro lado, Ballesty evaluó que cuando se cierra un pasivo ambiental, y aparece otro, algo no se está haciendo bien; “después de 8 años esos pasivos ambientales no disminuyeron, a pesar de todo el dinero que se pagó para que lo hagan”.