Muy pocas situaciones registró el pleito entre el Lobo y el Lechero, quienes tuvieron un partido muy trabado en la zona media. En ese primer periodo, el local contabilizó dos situaciones en contra de un Silva inspirado. A los 24 minutos, Menéndez cabecea y el balón besa el poste derecho de la visita en tanto que, cinco minutos más tarde, Albertengo, de media vuelta, obliga al 1 a exigir una volada para quedarse con ese grito de gol.
Gimnasia fue quien hizo el gasto, aunque nubló proyecciones de tres cuartos de cancha hacia adelante.
El complemento tuvo un juego más mezquino; Martínez, el DT rival, planteó un equipo que mantenga el orden para cuidar lo que hasta ahí era un punto en Jujuy, y sometió al local a un partido lejos de su arquero.
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Foto: Club Gimnasia y Esgrima de Jujuy (Facebook)
Matías Módolo empezó a mirar el banco y metió a Endrizzi, Ayala y Camargo por Rizzi, Albertengo y Cosaro, para tratar de sorprender por las bandas. Si bien es cierto, hubo un cambio de actitud, pero de todas maneras el equipo seguía estando lejos del arco rival.
Adentro Abet por Molina, y el flaco que empieza a volver de a poco; a los 36 minutos baja una pelota para el paraguayo Ayala, que define en contra del arco del lechero, el poste devuelve y balón y Axel Abet define con un arquero ya jugado. Fue un gol de desahogo. Era el uno a cero para un Gimnasia al que le costó horrores el rival, que fue incómodo desde el primer minuto y al que el mismo entrenador destrabó desde el banco con sus cambios.
Ayala iba a tener una más, pero en vez de ceder a Puntano, quien ya estaba en campo, definió a la red, pero en la línea el central Álvarez le negó el primer tanto con esta camiseta.
No fue el Gimnasia de otras tardes, el trajín del campeonato seguramente encontrará un equipo más maduro, pero a la vez un equipo al que los rivales comienzan a entender. Lo altamente positivo de la tarde es que, a pesar de haber perdido profundidad y verticalidad, el equipo no renuncia jamás a ese único resultado que alimenta su ilusión cada fin de semana.
El final fue de ese abrazo interminable del cuerpo técnico que incluso llevo a las lágrimas al profe Orsini y que desprendió de aplausos a sus hinchas para Alan Sosa, quien jugó está tarde el último partido con esta camiseta, ya que en la próximas horas, tal cual lo confirmara el 1, se incorporará al Tigre de Sebastián Domínguez, quien posó su mirada en el golero del lobo.
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Foto: Club Gimnasia y Esgrima de Jujuy (Facebook)