El mismo deberá ser ratificado por la Legislatura y no fue publicado aún en el boletín oficial.
A partir de este instrumento, Robles tendrá la facultad hacerse cargo de las 30 mil hectáreas que no fueron parte de la venta del Ingenio La Esperanza pero son parte de sus bienes, además de “generar el aprovechamiento integral y eficiente de los recursos y la riqueza de la zona”.
Su área de influencia serán las localidades de La Esperanza, El Puesto, Arrayanal, La Manga y Miraflores, todas en el departamento San Pedro.
La medida es polémica por varios motivos.
Según las leyes vigentes y específicas para la zona, el encargado de implementar las políticas productivas allí es el ministro de desarrollo económico, Ivan lello Ivacevich, quien fue designado precisamente en reemplazo de Robles en diciembre de 2019, de quien además fue subordinado como director de defensa del consumidor.
El decreto firmado por Morales no sólo le quita facultades y se las delega a su ex jefe, además es un claro gesto de desconfianza en una figura de corta edad que asumió sin antecedentes en un área sensible, como un gran interrogante dentro del gabinete que inició el segundo mandato de Morales.
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Por otro lado, aparece como un acto de intromisión de un poder sobre otro.
Robles fue electo diputado provincial en 2019 y asumió su banca hace 40 días. Su función como legislador es diferente a la de un integrante del poder ejecutivo. A nivel político, puede interpretarse como un paso más en la banalización del rol de los diputados provinciales, cuyo papel es extremadamente limitado y con escasa capacidad de influencia, sobre todo en el oficialismo.
Finalmente, el artículo 2 del proyecto, al que accedió Jujuy al momento, seguramente será motivo de amplio debate en la Legislatura llegado el momento de la discusión.
Artículo 2: autorizase al CPN Juan Carlos Abud Robles a solicitar por ante el ministerio de hacienda la creación de las partidas necesarias, a los fines de dar cumplimiento de lo establecido en el exordio.
De esta forma, un funcionario que dispuso de enormes presupuestos durante cuatro años, con cuestionamientos y sin rendiciones de cuenta de cara a la sociedad, vuelve a tener la posibilidad de disponer, sin mayores obstáculos, de recursos del ministerio de hacienda.
Abud Robles fue el responsable de la venta del ingenio azucarero La Esperanza, que permanecía en quiebra desde el año 2.000.
Es recordado por haber celebrado “la venta del ingenio de contado” en 85 millones de dólares a un grupo de supuestos empresarios colombianos que nunca pudieron acreditar que disponían del capital.
La operación terminó fracasando y el gobernador Gerardo Morales tuvo que negar el fracaso en conferencia de prensa para luego admitirlo tres días después.
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Invirtió dinero público en la realización de cuatro zafras (proceso de producción de azúcar) de las que no se conoce una sola rendición de cuentas, ni de lo invertido ni lo recaudado con la venta del producto. Sólo se limitó a decir que el ingenio “daba pérdidas”.
Terminó concretando la venta de la empresa al grupo tucumano Budeguer, en un acuerdo que se extiende hasta el año 2.036 y que permite a los nuevos dueños pagar las primeras cuotas de la venta con el producto de la empresa.
Además se desempeñó como director de YPF en representación de Jujuy y recibió un millón de pesos en concepto de “honorarios”. Nunca se conoció resultado alguno de su gestión.