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Se nos fue “el pibe” Torrente

Era viejo, pero era un pibe, fue un hombre de modo completo, porque fue buena persona y honró la vida.

Cuando yo pasaba por el umbral de su puerta, por ahí lo encontraba y me detenía para hablar con él, porque siempre me gustó hablar con la gente grande para escuchar y aprender. Yo ya era periodista y con mucha experiencia, pero me gustaba hablar con: Manuel Torrente, nacido en Rosario de la Frontera (provincia de Salta) y “a toda honra” hincha de Gimnasia y Esgrima de Jujuy.

Charlar con él, me remontaba a mis reminiscencias de mis 17 años, cuando yo comenzaba a desandar el derrotero de periodista deportivo y un día me dieron un“mimo” entregándome una placa de reconocimiento por parte de la “Agrupación Orden y Progreso” que Don Torrente integraba junto a otros locos, que no querían la “bandera roja” que ya tenía el estadio de Gimnasia y Esgrima.

Estaba mi amigo el viejo, “El gallego Motta”,  la “Pocha” madre de Mario Humberto Lobo, “Fredy” Ayarde (un loco de aquellos) y el“sandwichero”, quienes “Agitaron” el momento crítico y se inició la salvación del Club. La institución era presidida por el querido “Bocha” Senra y después llegaría “Pancho” Rojas, pero fueron tiempos muy difíciles, como dice el libro, “A mis amigos del fútbol jujeño”, por Daniel Colqui: Épocas de lobos flacos”.

Pero Don Torrente, nacido en Rosario de la Frontera, futbolista del glorioso Argentinos del Norte de la Liga Rosarina, a los 18 años se vino a “Hacer la colimba” a Jujuy, utilizaba sus sábados y domingos para despejarse y mirar partidos de fútbol. Fue un amor a primera vista, cuando lo siguió a Gimnasia y Esgrima, cuando lo acompañó más de mitad de siglo como hincha del lobo.

También trabajó luego del servicio militar, en la “Mina 9 de Octubre”, una suerte de “Bunker” de los empleados de Zapla, que sabían que Don Manuel (mozo de la confitería) era hincha de Gimnasia, en las épocas furiosas de los clásicos del 70 y se tenían que comer todas las “cargadas” de los simpatizantes del “Merengue”. Incluso, con su alma de dirigente, fue uno de los que “Fogoneó” para se terminara el descuento por planillas del sueldo de los empleados de la fábrica, que eran destinados para el fútbol del Club Altos Hornos Zapla.

Luego la vida lo llevó a Gimnasia y Esgrima, se hizo hincha, formó familia y se enamoró de Doña Vilma Ordoñez, que le regaló dos fenomenales hijos como Marcelo y Daniel. “El dani” es colega mío y me contó una anécdota que pinta a Don Torrente como padre. Resulta que Daniel, era un “pibito” que jugaba en la séptima división de Gorriti, Pero los domingos solía, pasar por la cancha de Gimnasia y quería entrar a la cancha del “Lobo”, sin embargo el portero lo frenaba diciéndole que podía pasar gratis, siempre y cuando, ingresara con una persona mayor, y así lo hacía cada vez que jugaba Gimnasia. Pero un día se dio una de las bataholas más grandes en el estadio “23 de Agosto”. Fue De La Casa ( hijo) quién promovió una “bombeada”tremenda en contra de Gimnasia ante Deportivo Ficoseco por el torneo Regional,. Fue el día que el desaparecido arquero Tormo le erró una trompada al árbitro, que sino lo hubiese mandado al cementerio, también “Chiquitín” Bulacio se le fue encima y hasta el masajista “El perro” Castillo aparece en la foto del diario tirando una patada voladora y todo por las cinco expulsiones- sino me equivoco- y el penal para Gimnasia cuya pelota fue alejada del punto del penal, lo cual terminó con la paciencia de los hinchas que estaban pasados de la bronca.

El “bastardo” árbitro, iba a terminar huyendo vestido de bombero, pero el enfrentamiento entre hinchas de Gimnasia y la policía, fue lo más parecido a la batalla entre hinchas de Gimnasia y Esgrima en el 73, jugando contra Huracán por el Nacional y Angel Coerezza benefició al gran Huracán de Cesar Luis Menotti y los hincha de Gimnasia hicieron disturbios al grito de “Coerezza, Coerezza, queremos tu cabeza”.

Pero volviendo a la tarde del partido contra Ficoseco, en las afueras del estadio era una verdadera guerra entre los hinchas de Gimnasia contra la policía y sus balas de goma. Mi amigo Daniel, se había peretado detrás de un auto en la Avenida Párroco Marshke, ante la sugerencia de un señor mayor.

Ahí fue cuando lo vio a su padre, corriendo por la Avenida en busca de su hijo, preocupado y agitado. Hasta que su padre lo encontró escondido tras un auto y lo tomó de la mano diciéndole: ¡Nunca más, vas venir solo, a la cancha, de ahora en más vas a venir conmigo!

La anécdota marcó algo significativo, ya que Don Manuel Torrente, por su afición al fútbol, había tenido ciertos diferendos con su esposa, ya que los domingos Manuel no paraba en casa, ya que su concurrencia a ver el fútbol de Gimnasia era incondicional. Lógicamente su familia le exigía mayor presencia en ese día tan especial, que por lo general, se comparte en familia.

Hacía mucho que Don Torrente dejó de ir a la cancha ¡muchos años!, pero rompió la prolongada veda por su hijo!!! ¡Que gran padre!

Y como dirigente, que podemos decir, que fue vocal en alguna comisión directiva. Pero me quedó su imagen proverbial en aquella “Agrupación Orden y Progreso” en los momentos más difíciles del club y luego formando el binomio con el “Loco” Checa con la idea del “Bingo”que a la postre, iba ser la principal usina que generó la sanación y el progreso de Gimnasia hasta donde llegó de modo inimaginable.

Pero sus incursiones por el interior con el “Bingo Lobo”, fue una tarea, pero también una oportunidad de tener el “ojo clínico” de mirar jugadores promisorios y poder llevarlos al club de sus amores para ser probados futbolísticamente. En una palabra, Don Manuel Torrente fue un embajador de la institución, como Martín González – con sus virtudes y defectos- que muchos dirigentes de ahora deben estar llorando.

No es mi caso, pues yo siempre pasaré por la vereda de su casa de la calle Chaco y siempre lo veré sentado en el umbral de su casa. Solo espero que el sueño de él y – lo hago público- de un predio por la zona de Forestal, para hacer instalaciones para los socios, albergue de jugadores, canchas propias y otros servicios para los afiliados, se llegue a concretar. Es más, yo seré el primero, como periodista y amigo en que algunas de las partes edilicias, lleven el nombre de Manuel Torrente.

El viejo se fue a un lugar celestial, pero seguirá estando en su familia propia y en la de Gimnasia y Esgrima. Le decían “El viejo”Torrente, pero para mí era el pibe, porque su historia de vida parece que nació recién.

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