Previa GyE Jujuy vs. Quilmes: “No me gusta la cerveza”
A Quilmes siempre lo tuve como un Club chico y que me simpatizaba, como me agradan los equipos considerados inferiores a los grandes del fútbol argentino. Siempre hice fuerzas por ellos y el equipo “Cervecero” no era la excepción.
De hecho, hubo un icono trascendental en la historia de Quilmes Atlético Club, que fue Omar Hugo “El indio” Gómez, que salió de una villa para constituirse en la máxima figura de la historia de su club que nunca olvidaré. La verdad que me encantaba saber de él, más todavía cuando realizó esa gran campaña por el Torneo Metropolitano del año 1978, en el que “El indio” tomó parte, como también admiraba al goleador Luis Andreuchi ( arrancó en Zapla en el 73 hasta el 75), también estaba el arquero Tocalli, Milozzi, Fanesi, Gaspari, Fanesi, Paruzzo ( jugó en Zapla en el 79 y lo llevó Juan Carlos Montes a Quilmes que lo había tenido en el “merengue” de Jujuy), al equipo lo dirigía el inolvidable “Piojo” Yudica, que también fué entrenador de Zapla en 1974. Quilmes fue campeón en el metropolitano 78, consagrándose en Rosario, ante Central al vencerlo 3 a 2 con los goles de Andreuchi( dos de penal) y Gaspari en un campañón. No tuvo una actuación feliz en la Copa Libertadores, porque quedó afuera en la primera ronda, es más recuerdo que reforzó el plantel con el famoso “Pinino” Más que volvía de Colombia en 1979. Es más, Quilmes descendió, pero volvió inmediatamente, lo que da pie para mencionar al crack boliviano Erwin Romero, que embelesó mis ojos cuando en un partido se sacó un hombre del camino, haciendo esa jugada conocida como “La bicicleta” y todo, en el viejo estadio de Guido y Sarmiento allá por 1980.
Quilmes pasó por Jujuy en 1982 entre otros recuerdos que vuelven a mi cabeza, compartió la zona “A” con Gimnasia y Esgrima. En la primera rueda el “Lobo jujeño” goleó por 3 a 0 en Marzo de ese año con los goles de Miguel Bacas, Jorge Mazzola y “El indio” Orellana. En la revancha Quilmes se tomó el desquite ganando 3 a 1, goles para Quilmes Acebedo ( 2, 1 de p) y Miguel Converti(h), descontando para Gimnasia Oreste “Ladrillo” Quiroga. En definitiva Quilmes ganó la zona y Gimnasia no pasó la ronda, siendo la última participación de Gimnasia de Jujuy en los viejos Torneos Nacionales.
Luego el fútbol se reestructuró creándose el campeonato Nacional “B” de 1986. Gimnasia descendería en la temporada 87/88, sufriendo los avatares institucionales, hasta que se enderezó, luchando por ascender y perdiendo en el intento ante Mitre de Santiago, luego Nueva Chicago y posteriormente Gimnasia y Tiro de Salta. Al final vino la campaña del 92-93 con el equipo de Salvador Ragusa y el grandioso tridente, Rosas, Guerrero y Mario Lobo, logrando así el ascenso desde el Torneo del Interior hacia la Primera “B” Nacional.
Ahí nació la bronca mis amigos del fútbol, desde la temporada 93/94 Quilmes pasó a ser el Club más antipático, no solo mío, sino de los jujeños. “El lobo” -dirigido- por “Pancho” Ferraro inició una campaña consagratoria, paso a paso, escalón por escalón y con una base al que el técnico le hizo solo algunos retoques.
El tema era Quilmes, patrocinado por una logística y un “Establishment” que tenían al Club “Cervecero” como candidato y favorito para el ascenso, contra la fuerza del Interior y de una provincia de Jujuy que viviría uno de los hechos más épicos de su historia.
En el duelo entre Quilmes y Gimnasia de Jujuy hay recuerdos o rencores que no se pueden olvidar aún, por parte de la generación que lo vivió. Mientras ambos conjuntos atendían su juego y sus respectivas campañas, la lucha era- en términos turísticos- cabeza a cabeza, mientras ninguno aflojaba. Hubo que esperar hasta 16º fecha, en una “Nochecita” jujeña cuando jugaron en el estadio “23 de Agosto”. Partido intensamente jugado por ambos equipos, Gimnasia abriría el marcador el “Pato” Miguel Ibañez, que hizo explotar el estadio en un clímax inolvidable. Sin embargo, Gustavo Brandt empataría el encuentro que Gimnasia no pudo controlar, de todas formas, pese al empate en un gol, “Pancho” Ferraro pronunciaría una de sus más celebres frases cuando dijo: “CUANDO NO SE PUEDE GANAR LO IMPORTANTE ES NO PERDER”. En ese tiempo, emergía la figura promisoria de Nelson David Vivas, como volante-lateral derecho, quién más tarde pasaría a Boca Jrs. ¿Se acuerdan de Vivas? A quién Pedro Domingo Aguirrez ( GYE DE PRIMERA) lo cruzó abajo, marcándole los tapones en su pantorrilla jugando para Boca y que después el relator televisivo Mariano Closs lo bautizo con el apodo de “Cepillo”, con lo cual estigmatizó al futbolista de Gimnasia que iba siempre fuerte pero leal, como un jugador malintencionado… Pero eso es otra historia...
A todo esto ya estaba instalado de manera patente, que Quilmes gozaba de cierto favoritismo lo que irritaba a los hinchas de Gimnasia. La campaña de Canal 9 de Buenos Aires,”El canal de la palomita” era de alguna forma descarada, con dos profesionales del periodismo de condiciones indiscutibles que en la práctica profesional esta vez, no demostraron. El comentarista Fernando Niembro con sus conceptos sumamente favorables para Quilmes iba a ser declarado en Jujuy, como persona no grata. Mientras el relator “El bambino” Pons exasperaba a los jujeños cuando decía su insigne expresión cuando decía: “GANA GIMNASIA DE JUJUY, AUNQUE USTED NO LO CREA”. Mientras en las tribunas las canciones del momento eran “Niembro, niembro botón...vos hincha de Quilmes la p...” o el clásico “Porteños, h...de P...”
De pronto Quilmes y Gimnasia era había convertido en un clásico sin grandes antecedentes. Como ninguno daba brazo a torcer a lo largo de sus campañas, llegaríamos a la revancha a jugarse en la vieja cancha de Quilmes. A esa altura, Gimnasia estaba cada vez más sólido y la fórmula Rosas, Guerrero, Rosas y el forzoso Alejandro González hacían estragos por las canchas.
Así llegamos a una de las contiendas más reñidas del torneo, la revancha en dónde en el estadio no cabía un alfiler y en donde Gimnasia no estuvo solo, porque su hinchada lo siguió aguantando los trapos en ese difícil reducto, con el respaldo de la “Barra brava” de Argentinos de Quilmes, rival a muerte de los “Cerveceros”. En el apasionante partido Quilmes abriría la cuenta por intermedio de Dante Fernández de cabeza, hace hubo que acomodarse de inmediato y en una reacción “Machaza y bravía”- como dirían los gauchos- aparecería justamente, “El gauchito de Guemes” Alejandro González con un disparo que enmudeció a los quilmeños. Metiendocon alma y vida, Gimnasia estaba entero e iba por más, cuando el conjunto “Albiceleste” iba a tocar el cielo con las manos con un tiro libre del “Mago” Rosas que fue de antología. Al ángulo, con el arquero volando para la foto, ante el delirio de los “Fanas” de Gimnasia y Esgrima de Jujuy. Así el elenco de Ferraro se fue ganando el primer “Round”. Era fija que Quilmes iba a salir con todo a buscar el empate, era imperativo. Pero Gimnasia estaba también dispuesto a presentar pelea, sin embargo” De tanto caer cántaro a la fuente” Quilmes llegaría de manera casi agónica al empate con una volea de lleno de Mauricio López para poner el inamovible 2 a 2.
El tramo final de ese campeonato fue lo mejor de un nuevo cuento del “Lobo” porque parecía que Quilmes alcanzaba a Gimnasia faltando muy poco, en la fechas N.º 39 Deportivo Morón le ganaba a Quilmes como visitante 3 a 2, lo cual oxigenaba el gran esfuerzo de Gimnasia por ascender. Luego de ese distanciamiento en tabla de posiciones. Es que Gimnasia perdía con Douglas Haig 3 a 0, mientras Quilmes se acercaba pero se alejaba finalmente con esa derrota ante Morón. Allí fue un bisagra para la disputa, ya que Gimnasia no paro de ganar buscando- sin depender de nadie- aunque viajó ilusionado a Buenos Aires, para enfrentar a Deportivo Italiano, en ese día que perdió 2 a 1 con goles de Paredes y la “Pesadilla” Adrián Gorostidi ( quién luego fue incorporado en primera por Gimnasia) y con el descuento de Barros en contra para el equipo jujeño. Ese día – maldicen los hinchas de Gimnasia- fueron maltratados y humillados por los policías de la “Bonoaerense” que en la fila de ingreso insultaban a los jujeños diciéndoles “Cabecitas negras” “Bolitas” “Negro de M...” llevando presos a quién se les antojaba.
Con la sangre en el ojo, volvió la multitud de hinchas de Gimnasia de Jujuy, por no haber podido dar la vuelta olímpica en Buenos Aires, pero sabiendo que en Jujuy se definiría la historia, pues todo estaba en manos del “Lobo de Jujuy”. Así fue amigos, que en 42da fecha, Gimnasia se floreó ante Central Córdoba de Rosario – vaya paradoja, dirigido por Ragusa- ganándole por 3 a 0, con los eternos goles de Carlos Ramón Rosa en dos oportunidades y Mario Humberto Lobo, para dejar atrás a Quilmes con el apoyo periodístico porteño o la intención de la AFA, por ver a Quilmes en el lugar de un equipo del interior como lo fue Gimnasia, un “Grano en el trasero para el fútbol metropolitano”. Gimnasia de Jujuy finalizó con 58 puntos y Quilmes con 55 unidades.
Así Gimnasia con Moreyra; Canelo, Arzubialde, Giménez y Dómene; Ibáñez, Priseajniuk, Alejandro González; Rosas, Guerrero y Mario Lobo, quedarían para siempre en el corazón de sus simpatizantes.
Para finalizar, luego de idas y vueltas ambos cuadro se reencontrarían en Torneos futuros en el que - nos quedó marcado a fuego- como en el 2001, cuando Quilmes logró empatar el partido 2 a 2 en su nuevo estadio “Centenario”. Ese día fuimos con mi compadre Eduardo en moto (llovía finito pero mojaba mucho), en ese partido Arnedo y Comminges, ponían cómodamente al equipo norteño dos a cero, pero descontaría y empataría Quilmes de manera increíble con Agustín Alayes y sobre la hora Eduardo “Balín” Bennet que le ganó en el salto a Alejandro González. A todo esto, mientras ganaba Gimnasia, los simpatizantes de la platea de Quilmes comenzaron a tirarnos todo tipo de objetos, nos insultaban y hasta querían masacrar. Éramos poquitos, pero nos querían “Linchar”, pero la policía nos custodió a la voz de¡ Salgan que los van a matar!. Fue así que fuimos a refugiarse en el vestuario visitante de Gimnasia. Eramos apenas un grupúsculo que tuvimos que ver el desenlace del partido que ganaba “El lobo” a través de una “ventanita”, que daba al campo de juego del local. Para entonces ya había descontado Quilmes, hasta que – faltando nada para la expiración del encuentro- Llegó el gol de Bennet que puso el 2 a 2 definitivo que fue anunciado por un grito estremecedor del estadio. Resignados los pocos hinchas refugiados en el vestuario de Gimnasia, llegó el final con el retiro de nuestro equipo hacia el vestuario. Ahí asistimos a un hecho que no queríamos presenciar, es que Daniel Cravero- con la camiseta desgarrada de transpiración y sangre- le reprochaba a Alejandro González, por qué no le había puesto el cuerpo al “Negro” Bennet para evitar el cabezaso del empate. Alejandro González estaba, desarmado, sentado en un banco sin ganas de querer discutir. Nosotros estábamos sorprendidos y en un momento creímos que habría una pelea a golpes de puño, hasta que finalmente todo quedó allí.
A la vuelta a Capital Federal, nos retiramos de la cancha, para tomar la moto en la vinimos con mi compadre. No paramos hasta Villa Ortúzar dejando atrás otro amargo recuerdo entre los enfrentamientos de Quilmes y Gimnasia de Jujuy. Habría otras estadísticas, pero Quilmes ya era un enemigo futbolístico indeseable para Gimnasia.
Que nos perdone Marcelo Firpo, uno de los mejores números 5 que tuvo la rica historia del “Lobo” y quién dirige a “La espumita” que son los pequeños niños de las inferiores de Quilmes y también por Pablo “Pequita” Garnier que supo ganarse el reconocimiento de ese club. Pero Quilmes es un antipático Club para los jujeños. Como diría “Quico”, el personaje del “Chavo del 8”: ¡ No me simpatizan!.
Por eso es que al enfrentarlos, inevitablemente me agarra “Resaca de fútbol”. Quilmes para Gimnasia es un trago y un recuerdo que me hace reflexionar: “No me gusta la cerveza, porque de solo rememorar, me hace doler la cabeza”…
EL POETA DEL FUTBOL.